El análisis de la Historia de México ha llevado a diversos historiadores a proponer períodos, que por la concurrencia e interrelación de sus hechos, forman una trama en la que se advierte coherencia y unidad que permiten seguir un desarrollo en el que no sólo el tiempo forma un eje importante sino que paralelamente se advierte una tendencia que apunta hacia metas como la libertad política, el bienestar económico, la organización social, la democracia, la nacionalidad y otros conceptos que resultan fundamentales en la integración y aspiración del país.

En los momentos más críticos de nuestro andar se han puesto a prueba nuestros ideales, y no pocas veces, México se ha visto sometido a la disyuntiva de la desintegración y pérdida de libertad o de reconstrucción con el surgimiento de los ideales más elevados, consistente en consolidar el ser nacional mediante la organización, el trabajo y la educación, cuya meta primordial fue la redistribución de la riqueza territorial y el surgimiento mexicano con una identidad nacional, al amparo de una Constitución que señalara sus derechos y otorgara garantías individuales, es decir, terminar con el caos y continuar por las sendas del ‘Orden y Progreso’.

Toda Nación le debe sus memorias a los autores que se han encargado de plasmar y dar a conocer los hechos para que niños y jóvenes de épocas futuras y generaciones venideras comprendan las circunstancias y situaciones que llevaron al país y a sus pobladores al entorno actual. Pero además, los historiadores e investigadores proporcionan al lector un enfoque, interpretación y opinión sobre los problemas tratados,  así como la valoración de su trascendencia e importancia.

Pero entonces ¿por qué en nuestro país seguimos dando vueltas en círculo sin avanzar realmente? ¿por qué repetimos los mismos errores y a veces pareciera que a pesar de la lucha, de los ideales y del patriotismo vamos de mal en peor? Pues porque ha sido el estado el que le ha dado sentido y ha labrado el camino por el que circula el pensamiento y la conciencia histórica de la población. A pesar de todo, la historia se ha convertido en el medio por el cual se legitima el poder y se encauzan los sentimientos de  los mexicanos. De esta manera, encontramos una ‘historia oficial’ que es la que se nos cuenta desde los libros gratuitos que proporciona la SEP y de la que penden el esquema histórico de nuestros días y otra historia que ha sido analizada, investigada y sustentada. Los héroes aparecen y desaparecen a capricho de quienes toman las decisiones y de pronto el pasado se convierte en una masa moldeable que puede tomar cualquier tipo de forma al contacto con las manos.

Por eso, hacen faltan historiadores e investigadores que analicen lo que se le enseña a la gente en materia de historia, que propongan, debatan y saquen a la luz los verdaderos hechos. Los que se recogen en el día a día, con testimonios, con pruebas, con los relatos boca a boca que pasan de un mexicano a otro, y que son los que realmente reflejan la sabiduría y las circunstancias de una realidad que a veces es muy diferente a lo que podemos palpar. De vez en cuando preguntar y rebatir cuando aprendemos es lo más inteligente y sabio que podemos hacer por nosotros mismos y por quienes quedarán en este mundo cuando partamos. Sintamos hambre de historia, de cuentos, de investigación, porque debajo de la piel siempre se oculta el secreto de esa maquinaria que nos hace andar y persistir. 

 

El Dr. Modesto Ortiz Prado es Coordinador de Historia Capítulo Guanajuato. Si tú escribes o eres historiador la Academia es para ti.

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