Llamado del INAH
Esta semana el delegado del Centro INAH-Guanajuato, Sergio Tovar, habló con firmeza sobre la poca atención en la protección de la vía pública, para disfrute de los capitalinos. Dicen que esto caló a varios funcionarios municipales, pues puso el dedo en la llaga.
También aprovechó para darle un raspón al regidor presidente de la Comisión de Turismo, Adrián Camacho Trejo Luna, ex diputado local, uno de los pocos interesados en el Municipio en regularizar la instalación de las mesas y sillas en la vía pública, en coordinación con empresarios locales.
En fin, se comenta que Sergio Tovar en su escrito dejó claras las funciones del INAH y las facultades que el otorga la Ley Federal de Monumentos Históricos.
En sus comentarios Sergio Tovar supuso, o pensó mal y consideró que el señor regidor Adrián Camacho representa los intereses de los restauranteros que, sin reglamento alguno, ocupan los espacios que no son de su propiedad sino de la ciudad y que fueron concesionados en su momento, sin atender los reclamos de los habitantes de esta ciudad. Órales, ahí la pedrada llegó a varios ex presidentes y ex síndicos y regidores. El problema es que al parecer ahora no se puede hacer mucho.
El funcionario federal puntualizó que ha habido voces también en el Ayuntamiento que coinciden con el INAH en el sentido de ordenar el desorden. Aunque no dio nombres, pero fue una clara referencia a Ramón Izaguirre Ojeda, síndico del PRI, cuya propuesta de regularizar a estos negocios fue rechazada de inmediato, ya que se pretendía un incremento en el pago de plazas.
Así, Sergio Tovar insistió que el INAH tiene competencia, no es quien regula, en la instalación de mobiliario en la zona decretada como de monumentos históricos.
Así el INAH no está en contra del desarrollo ni de la instalación de mesas y sillas, pero sí del desorden que lleva consigo, muchas veces sin darse cuenta, el deterioro de los atractivos turísticos con que cuenta la capital. Órales, algo que fue visto como una cachetada con guante blanco.
Además que la condición de zona de monumentos y patrimonial permite el que el Gobierno federal haga aportaciones importantes de recursos para mantener sus monumentos. Osea que cuando requieren apoyo económico las autoridades sí acuden al INAH, pero cuando esta instancia hace una observación, como que nadie escucha y le restan importancia.
El Delegado del INAH puntualizó, dicen, que por consiguiente el INAH y la autoridad municipal son corresponsables del uso y destino de los recursos aportados por la Federación.
Y el INAH es la instancia que valida ante el Gobierno federal el buen uso del recurso económico aportado. Así que este Instituto comenzó a hacer observaciones desde el 2013, cuando era alcalde Luis Fernando Gutiérrez Márquez. Y que a la fecha mucho se ha dicho al respecto pero que lamentablemente nada se ha hecho para atender el problema. Agáchense con las pedradas.
Finalmente, el Delegado del INAH reconoció que Guanajuato, como todas las ciudades con declaratorias patrimoniales, deben cuidarse, respetar su fisonomía original, ordenar el desorden, el caos y la falta de regulación que es lo que predomina en la capital del Estado, donde se vienen acumulando una serie de problemas desde pasadas administraciones que nadie atiende y que día con día agrava más el deterioro de los espacios de esta la capital de los guanajuatenses.
Posdata: Desorden por doquier se aprecia, toldos, estructuras metálicas en techos, pérdida visual, más del 50 por ciento de las fachadas de las casas sin aplanado ni pintura, transporte público deficiente, invasión de restaurantes en la vía pública, desorden vial, franeleros en cualquier punto de la ciudad, otorgamiento de permisos que destruyen el patrimonio, esculturas que fueron instaladas temporalmente y ya son permanentes, etc, etc, etc. problemas a los que la autoridad ha hecho oídos sordos. ¿Será?
El placer de legislar
Ser legislador es pertenecer a una casta privilegiada, y ellos lo saben.
En Guanajuato cada uno de los 36 diputados locales se aprobaron un “ajuste”, dicen ellos, del 2% a su sueldo y prestaciones, ya ve que eso de la inflación pues su ingreso no puede quedarse rezagado y no alcancen la despensa. Ahora ganan 177 mil 425 pesos brutos al mes, 110 mil 325 libres de polvo y paja.
Además disponen de partidas para Ayudas Sociales y Culturales, Oficina de Gestoría, gasolina, y otros. Ah, también pasan los gastos de alimentos y hospedaje porque no pueden comer en casa, ni en fondas.
De acuerdo al reporte de la Dirección General de Administración de la Secretaría General del Congreso del Estado en el primer trimestre de este año los gastos de operación de los 36 diputados ascienden a un millón 690 mil pesos más $80,771 de autorizaciones de Junta de Gobierno, da un total de $1,771,323.
El más comelón resultó el diputado local y dirigente estatal del PRI, Santiago García López, con gastos por ese concepto de 21 mil 993 pesos, un primer lugar que se llevó de calle, su más cercano competidor no le llegó ni a los talones, que fue la panista de Dolores Hidalgo, Angélica Casillas, con $12,898.
Le siguieron por el gasto en alimentos en el primer trimestre de año: el leonés Juan Carlos Muñoz (PAN), $11,908; Alejandro Navarro (PAN) $10,832, y Soledad Ledezma (PVEM) con $10,254.
Otros no ocuparon de esa prebenda, como el leonés David Landeros, de Morena, los panistas Sagrario Villegas y Gabriel Villafaña, o gastos mínimos con $265 Lety Villegas y $273 Luis Vargas. El “pastor” de los diputados del PAN y presidente de la Junta de Gobierno, Éctor Jaime Ramírez, gastó $1,824.
Curiosamente en el periodo del 25 de septiembre a diciembre del año pasado en la lista de diputados locales comelones arrasó también Santiago García con $22,184, seguido del panista capitalino Alejandro Navarro con $15,911; las priístas Arcelia González $15,539 y Lupita Velázquez $9,734.
El “detallito” que no registra el reporte de la Dirección de Administración es que no justifican esos gastos de alimentos, con quiénes se reunieron, para qué asuntos, qué le dejó eso a los guanajuatenses.
Santiago García ni siquiera preside ninguna de las Comisiones legislativas, es secretario en la de Administración y vocal en la de Medio Ambiente. No registra ninguna iniciativa presentada y lo que más se recuerda en estos seis meses fue su ausencia los tres días de la Glosa del IV Informe de Márquez y la justificación de su nuevo coordinador de bancada, Rigoberto Paredes, con la frase de que “el que a dos amos sirve con alguno queda mal”, en referencia a su papel de Diputado y Jefe de partido.
No sabemos pues qué legisle Santiago García, pero sí que come muuuuy bieeeeeen.
Ah, y otra pregunta-sugerencia si no es mucho pedir, ¿cómo cuidará el Congreso que Santiago, y cualquier otro Diputado, no paguen con recursos del Legislativo sus representaciones de partido?
El título que no fue
Desde luego que no se necesita título profesional para ser Presidente Municipal, mucho menos es que una persona sea o no capaz en función de ello, pero lo que le pegó más en la imagen del alcalde panista celayense, Ramón Lemus Muñoz Ledo, es que se ostentara como algo que no era formalmente.
Más cuando durante años encabezó una universidad privada que ha obtenido reconocimiento, más allá de si incumplió o no legalidades, el centro de los reproches al Alcalde es su falta de congruencia, pues se sabe que exigía a colaboradores y alumnos a titularse, mientras él nunca lo hizo.
Dicen los que lo han visto tras lo ocurrido que, más que apenado y arrepentido, Ramón está enojado y defiende que sí es ingeniero porque terminó la carrera. Más que concentrarse en pedir disculpas a la ciudadanía, culpa al PRI de lo sucedido, en específico a la regidora Monserrat Vázquez.
Cuentan que Ramón tuvo que ir el jueves y viernes pasado a la Casa de Gobierno en Guanajuato con el gobernador Miguel Márquez Márquez y los cercanos al Alcalde dicen que sólo fue para unir fuerzas y evitar que lo sucedido pueda meter en aprietos legales a la Administración Pública.
Lo que no cuentan es que al Gobernador no le gustó nada lo sucedido.