Entre aguas femeninas: Zozobra

Mis acuáticos lectores, el día de hoy volvemos con una obra muy relevante para la literatura mexicana: la obra de Ramón López Velarde. Uno de los más importantes poetas del modernismo mexicano. Aunque demasiado religioso para el gusto de varios, es el poeta del mañana según muchos modernistas.
Su última obra en vida, Zozobra, es considerada su mejor trabajo. Contiene cuarenta poemas -número religiosamente significativo-. En el libro no encontramos ningún soneto, marca bastante clara del desapego por la poesía tradicional y muestra de una desviación de tono y tema modernista, que, según se desea ver, pertenece a la segunda etapa del autor, antecedida por Sangre devota.
Su lírica es laureada por la manera en la que su adjetivación llega a niveles sublimes. Es casi una contestación del poema “Ars poetica” de Vicente Huidobro, en que dice: “Inventa mundos nuevos y cuida tu palabra; / El adjetivo, cuando no da vida, mata”. Así López Velarde funciona de esta manera con frases tales como: “azul sospecha”, “desacreditados elefantes”, “hiperbólicos minutos”, “obtuso centinela” o “perrillo enciclopédico”.
Para López Velarde el agua en Zozobra simboliza a la mujer en la que se terminará hundiendo. En oposición semántica, el fuego será el elemento masculino que ayudará a pasear en este universo de náyades y sirenas cargadas de un erotismo deseosas del fuego masculino. A la par, los adjetivos que usa para referirse a estos poderes naturales remarcan un poco los deseos que Barthes llamaría el “inferior absoluto”. Claro que cada palabra en López Velarde llena de colores y significados tan variados en el poema, pero la muestra que se ha dado ha bastado para comprobar al menos cómo busca conectar semánticamente el grupo del erotismo con la del fuego y el agua.
Como vemos, mis acuáticos lectores, la poesía que en ocasiones se considera de toques religiosos se vuelve lo más erótico posible. Ramón López Velarde es un autor increíble que nos da metáforas llenas de vida, significados vivos y de tintes modernistas.