Con motivo de la exposición fotográfica sobre el antiguo béisbol ‘Una Mirada al Diamante’ que se exhibe en el Museo Regional Alhóndiga de Granaditas de nuestra ciudad, se preparó ésta presentación. La exposición se encontrará abierta al público del 15 de julio al 30 de agosto, recordando que la entrada al museo es gratuita los domingos.
La ciudad de Guanajuato, en los albores del siglo XX, se encontraba en uno de tantos auges que la industria minera ha tenido en su historia, ciclos de bonanzas y de pobreza. Como impulso a la actividad minera, llegó la energía eléctrica y una nueva tecnología para el beneficio de los minerales, el llamado proceso industrial de cianuración, que desplazó al de patio o amalgamación, método usado durante siglos y que implicaba el uso de terrenos o patios de gran amplitud de lo que constituyeron las múltiples Haciendas de Beneficio que se encontraban en la ciudad. Esos grandes espacios en las Haciendas, fueron quedando en el abandono. Tal fue el caso de la histórica Hacienda de San Jerónimo, de la que se tiene referencia de su existencia desde el año de 1700.
La ciudad, cuya sociedad acomodada disfrutaba de tertulias, espectáculos de teatro, algunos deportes en pequeños y exclusivos grupos, eventualmente los toros que alguna vez fue fueron divertimento de todo el pueblo. Sin embargo, grupos de la llamada Colonia Norteamericana, integrada por dueños y trabajadores de las empresas mineras y de la eléctrica, empezaron a practicar en ese espacio baldío de la Hacienda de San Jerónimo, un deporte llamado béisbol cuyo controvertido origen se lo atribuían tanto ingleses como nuestros vecinos del norte.
El béisbol había llegado a México en la última veintena del siglo XIX y Guanajuato no fue la excepción. Pero el béisbol, debe decirse, ya se había manifestado y hay evidencias, de que algunos jóvenes guanajuatenses que habían estudiado en los Estados Unidos, aprendieron el deporte y lo empezaron a practicar en la ciudad siendo uno de los sitios el actual Jardín de las Acacias, lugar que debieron de abandonar, ya que ahí se ubicó la estatua del Padre de la Patria, Miguel Hidalgo y Costilla, donada por el entonces presidente de la República, Porfirio Díaz, y que fue inaugurada por él mismo en el año de 1903. En función de lo anterior, La Hacienda de San Jerónimo se convirtió en el gran referente donde se ha ido practicando el béisbol desde entonces y hasta nuestros días. Al llegar el béisbol a la ciudad, este deporte vino a contribuir a la cohesión social. Originalmente practicado y promovido por grupos acomodados de la sociedad y en gran medida elitista, pronto se popularizó y se convirtió en un medio crucial de entretenimiento y vínculo social.
(Continuará)