Otra situación de alta importancia en la familia es la aceptación incondicional, es decir, evitar responsabilizar a las personas por los hechos y responsabilizar los actos y actitudes, sin enjuiciar ni etiquetar a las personas. El amarse y aceptarse por y con sus características, aptitudes, habilidades, dones, actitudes, más allá de lo complacientes o rebeldes que puedan ser, de a quién aman, de con quién o quiénes se relacionan, más bien por su capacidad de amar, salir adelante, aprender, emprender, etc.
Aquí también entra la experimentación de situaciones que pueden no gustarle a las demás personas del clan pero que tienes derecho a experimentar si es tu deseo, de igual manera que asumir las consecuencias de tus actos y no que las demás personas te digan qué hacer o cómo les gustaría que lo resolvieras, como es el inicio de tus relaciones sexuales en pareja, complementando con la vivencia de valores como el respeto para evitar culpar o hacer sentir culpable, menospreciada, exitosa o cualquier calificativo y emoción a quien decide hacerlo.
La comunicación; es altamente probable que quisieras tener mejor comunicación con alguien de tu familia, sea con tus padres o hija(o)s, estableciendo relaciones donde puedan hablar de cosas que consideran importantes y no sólo de chismes o eventos que a nadie importan pero que les ayudan a estar juntos y relacionarse superficialmente.
Vivencia de valores; como respeto, honestidad, dignidad, generosidad, amabilidad, esfuerzo, amor donde no se tengan que guardar secretos que atormentan y destruyen más que proteger, donde se pueda expresar abiertamente los gustos, sueños, inquietudes, anhelos y no que se tenga que ser alguien que no se es con tal de “guardar apariencias” y ser aceptado; aquí es donde cabe muy bien la vivencia de la fidelidad o bien, de la infidelidad, la cual es una decisión personal.
El establecimiento y vivencia de acercamientos, contacto físico, donde haya o hubiera abrazos, palabras de aliento, besos, abrazos, palmadas y cualquier tipo de contacto que signifique y haga saber un “te quiero”.
El acompañamiento; en muchas ocasiones deseaste o has deseado que alguien a quien amas este junto a ti para festejar un triunfo, éxito, celebración o bien, para llorar un problema, tristeza, desilusión, frustración, duelo, ruptura, pérdida, etc., y sucede que volteas y no hay con quien porque hace falta el acompañamiento de alguien que sientas que te quiera o bien, porque no hay nadie.
Todo lo anterior y mucho que hace falta mencionar, son parte de esos “detalles” que se dejan pasar en la familia o se hacen obvios y que después se considera que es “normal” su ausencia o presencia exagerada y no hay necesidad de restablecerles o bien, que se vive anhelando, buscando afuera o evadiendo en y con los otros tipos de familia, como las amistades, que están igual de necesitadas de algunos aspectos de los mencionados y vienen a llenan inadecuadamente carencias, también esta es una de las funciones de las relaciones de pareja y de las relaciones sexuales basadas solo en el sexo.
Por ello te invito a reflexionar sobre lo que viviste y vives en tu familia, a buscar soluciones para que tus ausencias y carencias no destruyan tus nuevas relaciones, pudiendo tener en tu vida todo lo que comienza en la familia de manera positiva y constructiva.
Todo comienza en la familia (Parte II)
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