El principio del fin de Santiago
El tiempo de Santiago García López al frente del PRI en Guanajuato, terminó. 
Durante la visita del jefe nacional tricolor, Enrique Ochoa Reza, quedó claro que hay interés en respetar las jerarquías y más si se trata de un Comité Estatal que estaría en funciones hasta abril de 2018. Pero también que la situación del partido en Guanajuato es insostenible y que la llegada de un delegado especial, anunciada ayer, supone el principio del fin para la dirigencia local.
¿Cuánto tiempo le queda al discutido líder? Imposible saberlo con precisión, pero Ochoa fue claro ayer al dar a entender que el chantaje, no la negociación, se ha convertido en la forma de operar del PRI de Guanajuato. Y aunque señaló que es enemigo de la disciplina ciega que ahoga la propuesta y el debate, es evidente que tiene antecedentes de la ingobernabilidad que padecen sus compañeros de partido en el estado.
El doctor Ochoa Reza vino a mostrar un nuevo rostro del PRI: un especialista muy preparado, con una enorme capacidad para expresar sus argumentos y convencido de que tiene una oportunidad irrepetible y quiere aprovecharla.
Su decisión de promover la iniciativa que llevó a la Suprema Corte de Justicia a invalidar las reformas con las que pretendían blindarse los gobernadores del PRI acusados de corrupción, sus ataques contra Andrés Manuel López Obrador y su defensa del régimen del presidente Enrique Peña Nieto, del que asegura tendrá mucho mejor calificación cuando se aproximen las elecciones de 2018, suponen un hondo cambio en comparación con guardianes de la ortodoxia como Manlio Fabio Beltrones, quien por cierto nunca se molestó en venir a Guanajuato.
Ochoa Reza ya vino y hasta con su familia. Pidió a sus interlocutores convencerse de que el PRI tomará en serio la bandera de la lucha contra la corrupción y será competitivo en 2018. Incluso antes de venir, lanzó puyas en Querétaro contra Carlos Medina Plascencia por su papel en la concesión de la basura a Red Recolector. Seguramente alertado de que el tema era potencialmente explosivo en León, prefirió pasar de largo y no insistir con él.
Se lleva, como sea, el beneficio de la duda. No basta, pero ya es algo.
Resurgir de las cenizas
Aunque fuera de pisa y corre,  la visita de una mañana de su nuevo tlatoani nacional, Enrique Ochoa Reza, quiso ser una inyección de ánimo para lo que viene de prepararse a un nada promisorio 2018.
¿A qué vino Ochoa? Primero a palpar de viva voz las fracturas, que ya bien sabía, del priísmo local. Y dos, a ponerlos a chambear en renovar todas las estructuras caducadas que tiene el partido: consejos políticos municipales, comités seccionales, comités municipales y el Consejo Político Estatal.
Para echar a andar eso regresará en un mes, ya que haya nombrado oootro delegado para Guanajuato.
Lo primero que hizo el nuevo Presidente del PRI al pisar suelo leonés fue platicar con el presidente de la Fundación Colosio en Guanajuato, José Luis Romero Hicks, a quien le instruyó a programar una serie de foros de consulta para reflexionar sobre la oferta política que debe tener el partido.
Después desayunó dos horas con unos 75 priístas de Guanajuato, entre ellos los alcaldes, diputados locales, diputados federales, senadores, dirigentes de estructuras y organizaciones, e invitados. El Presidente les dio apertura para que quien quisiera hablara de lo que sentía sobre la situación del PRI.
Y en ese foro de dimes y diretes hubo un poco de todo. Nunca nadie pidió directamente “la cabeza” del dirigente estatal y diputado local, Santiago García López, pero varios mostraron su malestar por la conducción del partido en Guanajuato, acusaron exclusión a otras corrientes y ser una tibia oposición.
Enrique Ochoa les respondió que es muy bueno que haya plurilidad pero que malo tanta grilla interna. Se sinceró y les dijo que la unidad no la puede imponer por decreto, les pidió a todos que hagan su parte. Por eso en 30 días regresará a escuchar menos reclamos y más proyectos y trabajo de partido.
A las 11:30 horas Ochoa Reza platicó con directivos de medios de comunicación, reunión a la que no invitó al dirigente estatal, Santiago García, quien tuvo que esperarlo sentadito afuera del salón.
Y para cerrar su gira en León, ya desesperados los militantes de a pie, que llegaron de diferentes partes del estado, recibieron a las 2 de la tarde al Presidente Nacional de su partido. Los convocaron a estar desde las 9 a.m para un evento que en realidad estaba programado para las 12:30 horas. La estrategia era la de movilizar temprano a los cercanos a la dirigencia estatal y evitarse sorpresas en su contra.
Y les funcionó, aunque los gritos en apoyo de Gerardo Sánchez molestaron a Ochoa Reza, quien les pidió proponer ideas, no personas, y por igual alzó la mano a los dos senadores suspirantes del 2018.
Ese fue el PRI de Guanajuato que encontró Ochoa, el más débil en su historia de 87 años.
Despilfarran en asistentes
A pesar de que la Presidencia Municipal está en una época de austeridad, síndicos y regidores no se ajustan a las normas. Tienen la etiqueta de despilfarradores. 
Según datos de primera mano, la Administración por primera vez cuenta con más asistentes que integrantes del Ayuntamiento. 
Tan elevado es el número de asistentes que ni la dudosa Unidad de Acceso a la Información, presidida por Lía Paloma Trueba Guzmán, por órdenes del secretario del Ayuntamiento, Carlos Torres Ramírez, acceden a informar el número de “ayudantes” asignados a los síndicos y regidores. También ocultan los salarios de cada uno de ellos. 
Un informe extraoficial revela que los integrantes del Cabildo cuentan con 20 asistentes. Ya ve, cada uno tiene tareas desde atender el teléfono del regidor hasta prepararle el café o sacar las copias. Más de alguno tiene encargos domésticos. Eso sí, todavía no aparece alguno que también le prepare la comida o acuda por los niños a la escuela.
Lo malo es que no resuelven nada y va un ejemplo: esta semana cuando la panista Samantha Smith Gutiérrez viajó a Estados Unidos a festejar su aniversario de bodas, dejó a sus dos asistentes como responsables de la oficina, pero en toda la semana ninguna resolvió ni las mínimas quejas que presentaban los ciudadanos. 
En realidad, el trabajo de la mayoría de los asistentes deja mucho que desear porque dividen sus tiempos laborales como militantes de sus respectivos partidos políticos o carecen de preparación para desempeñar algunas tareas.
Existen casos en que los ciudadanos buscan asesorías legales o administrativas en las oficinas de regidores pero no encuentran respuestas. 
Al inicio de la actual Administración la nómina de asistentes representaba 1.8 millones de pesos al año. Una cifra muy superior a la que era en el mandato de Luis Fernando Gutiérrez Márquez.  
Por supuesto que el dinero no sale de los bolsillos de síndicos y regidores sino de las carteras de todos los guanajuatenses que pagamos impuestos. Supuestamente el mayor gasto en asistentes fue aprobado por síndicos y regidores de todos los partidos durante una sesión “en lo oscurito”. 
Antes, los asistentes cobraban 7 mil pesos mensuales y ahora tienen sueldo de 14 mil pesos, informó una fuente presidencial.
Los  síndicos del Ayuntamiento, Ramón Izaguirre Ojeda, del PRI, así como por Marco Antonio Carrillo Contreras, por el  Verde Ecologista,  quienes cobran mensualmente 50 mil 909 pesos, libres de ISR, tienen asignado un “ayudante” cada quien. La idea sería unir fuerzas y entrar a un plan de austeridad.
Se comenta que al principio sus asistentes cobraban 13 mil pesos mensuales, por sus capacidades, y ahora fueron retabulados para que tuvieran percepciones por 23 mil pesos.

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