Inspiralidades-un corazón en paz

El 21 de septiembre se celebró el Día Internacional de la Paz, en muchos lugares se dijeron discursos, se hicieron oraciones o se firmaron papeles. Quisiera pensar que se dieron pasos en el camino de la paz, luego veo las noticias y me surgen serias dudas.
Hace algunos años tuve la fortuna de estar en una conferencia que dio el Dalai Lama en el auditorio nacional, corrían tiempos violentos (no muy distintos a los del día de hoy) y en la sesión de preguntas y respuestas alguien preguntó: – Su Santidad ¿qué podemos hacer para que el mundo tenga paz?
El Dalai Lama se le quedó mirando unos instantes y después se rio con fuerza, tomó aire y dijo: “Si no hay paz en tu corazón, no podrás llevar paz a tu familia, si no puedes llevar paz a tu familia no lograrás que tu ciudad esté en paz, si no logras que tu ciudad esté en paz no podrás llevar esa paz al mundo. Empieza en tu corazón”… y se volvió a reír. 
Parece que nos está invitando a comenzar con nosotros mismos (ojo: sólo a comenzar). Así que de modo natural surge la pregunta ¿Qué podemos hacer para tener un corazón en paz? – aquí van algunas sugerencias:
* Aprecia lo que tienes. Observa y alégrate por las bendiciones presentes, las que están justo aquí y ahora.
* Reconcíliate contigo mismo. Perdona tus errores y luego aprende de ellos. En serio: hiciste lo mejor que pudiste.
* Trátate con cariño. Cuídate, apapáchate, usa contigo mismo las palabras que usarías con un amigo verdadero.
* Respira y sonríe. Haz la prueba ahora mismo: respira y sonríe. 
* Busca en el mundo belleza, bondad y verdad. Ahí están, simplemente míralas.
Cuando tu corazón encuentra algo de paz, el mundo ya es un poquito más pacífico; pero no es suficiente. Ahora compártela, sea poquita o mucha, con los que están cerca. Como dicen los Alcohólicos Anónimos: “sólo por hoy”.  Sólo por hoy cede el paso, saluda a la cajera del banco, dedícale un par de minutos más a jugar con tus hijos, llama por teléfono a tus papás, acaricia la mano de tu pareja, trata con dignidad a los que son menos afortunados. A veces lo mejor que puedes hacer por ti mismo es ayudar a alguien más. Sólo por hoy caminemos con un corazón en paz.
Yo por lo pronto te deseo que la paz y tú se acompañen. Sólo por hoy… y mañana… y…
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