Las decisiones democráticas no siempre son las más adecuadas para las mayorías, a pesar de ser las mayorías las que han sido deslumbradas por la creencia de que fueron quienes adoptaron tales decisiones.

     De esa manera, llegan a dirigir naciones personas que no han sido del todo las más adecuadas para asumir tales responsabilidades y, como prueba de ello, quizá como prueba que genera duda más que razonable, es la historia la que, como he señalado ofrece una duda razonable al ser de público conocimiento que es la propia historia la que es escrita por los vencedores.

     Ahora, de un autor cuyo nombre no le puedo hacer público reconocimiento dijo, como consecuencia del triunfo del candidato a la Presidencia de los Estados Unidos de Norteamérica por parte de los republicanos, que despertaré y me daré cuenta que mi mundo ha cambiado.

     No porque un prepotente haya llegado a gobernar la nación más poderosa del mundo; no porque las bolsas de valores se hayan caído ni porque las monedas del mundo se hayan debilitado o porque las economías se abrumaran o porque la tensión mundial aumentara, sino que me despierto ante la realidad de un juego nuevo, nuevas reglas que se impondrán, nuevas oportunidades, nuevos retos que se asomarán.

     Esa área de confort en que hemos estado viviendo aletargados, se ha trastocado por lo que es hora de pensar, pensar y pensar, para decidir que es tiempo de salir a la calle a ser más eficientes, más responsables, más cuidadosos, más creativos, más analíticos, aprovechar más nuestra inteligencia y ser proactivos.

     Los mercados se modifican pero no se destruyen. Todas las generaciones han vivido crisis, ¿habremos aprendido algo de ellas independientemente de quien haya escrito la historia de ellas?

     Los empresarios saben que con un muro entre ellos y los trabajadores, siempre habrá la posibilidad de más asociaciones internacionales con el resto del mundo. Y si el gobierno entiende, deberá de favorecer el empleo bien remunerado y facilitar las actividades productivas.

     La llegada del Presidente electo, Donald Trump es una oportunidad para todos los mexicanos si es que nos decidimos a destetarnos de nuestra falsa madre protectora allende del Bravo que nos ha mantenido, que nos ha alimentado con migajas de nuestros propios productos, llámense petróleo (que ya se los entregaron), frutas, legumbres, minerales, maderas, etc., siendo que somos un producto de clase mundial, si me valen la expresión.

Me gustaría que se entendiera y nos quedara claro que no es el Sr. Trump quien nos va a detener o a apoyar. No, para nada. Somos nosotros los que nos debemos de esforzar a salir de este inframundo en el que conformamos desde hace décadas, por no decir siglos.

     Cada quien tendrá en su trabajo alguna manera de mejorar, de ser más efectivo, más productivo, más eficientes y eficaces pero, sobre todo, honestos e íntegros.

     Ante estos breves pensamientos, hago un par de llamados: uno, al gobierno pidiéndole que ya no estorben, que ya le paren de robar, con sus respectivas falacias de la dizque simplificación administrativa o las normas “anticorrupción” y de los mexicanos todos, que desde nuestros hogares, cada familia sea, eduque y actúe como quisiéramos que fuera nuestro país y, de esa manera lograremos el gran país que añoramos.

     Se deja ver en el horizonte un mundo con nuevas oportunidades que se presentarán como nuevos mercados, nuevas dinámicas económicas, financieras, políticas y sociales y que nos obligarán a explotar nuestros talentos para bien de todos, siendo a tal grado este cambio que nuestra decisión estará en determinar si crecemos o morimos.

No olvidemos que Roma creció cuando tuvo enemigos y decayó cuando  careció de retos, por lo que no dudo que vendrán retos que obligarán a tomar acciones maravillosas; por supuesto para los que quieran tomar la decisión de aprovecharlas ya que, estoy seguro, serán bienvenidos a ese nuevo escenario económico, político y social.

Leave a comment

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *