Este fin de semana me ha tocado trabajar sobre hipnosis Ericksoniana y sugestión. Es por ello que encuentro varias analogías con nuestra realidad. La sugestión se produce a cualquier edad, y no diferencia clases sociales, ni niveles de educación. De alguna manera, en mayor o menor medida un sujeto está influido por la sugestión.
En todo ser humano la sugestión exagerada o estado hipnótico, se produce de forma natural. Sin embargo, cuando la gente presencia un trance hipnótico, aún hoy, lo atribuyen a algún poder especial del hipnólogo o del hipnotizador, hasta puede tener como nombre Donald.
Para comprender mejor que es la sugestión, debemos saber que ante todo es: una forma de comunicación en respuesta a un estímulo. Nuestro cuerpo y nuestra mente interactúan neurofisiológicamente. Por medio de los sentidos percibimos el mundo que nos rodea, y a través de ellos, comunicamos al cerebro la información recibida, este a su vez, reacciona en respuesta a esa información, de forma consciente o inconsciente.
Durante las veinticuatro horas del día, estamos recibiendo sugestiones, de las más diversas. Los medios de comunicación por ejemplo; invaden nuestro subconsciente, con mensajes de publicidad, opiniones, información, parcial e imparcial. En todos estos casos existe el mensaje sugestivo. La educación utiliza una forma de sugestión, por repetición. La sugestión está implícita en la intención de quienes escribieron los libros de texto. Tenemos también probadas muestras, como durante algún período de la vida de un país, el libro de texto tiene el color del gobierno que lo escribe. Los padres son un factor influyente en la sugestión de los hijos cuando pequeños.
Las y los mexicanos nos hemos vivido como hipnotizados y nos hemos dejado llevar en una falta de consciencia, el intercambio de “espejitos” que continúa hasta nuestros días, y de hecho los hemos cambiado por nuestra riqueza cultural y espíritu de trabajo y autosuficiencia, nos hemos dejado hipnotizar por el capitalismo salvaje, por tener en vez de ser.
Ahora se presenta un momento en donde podemos despertar y crear nuestra propia sugestión y comprometernos con la responsabilidad de sabernos, sentirnos y actuar de manera diferente.
Una crisis es un cambio brusco o una modificación importante en el desarrollo de algún suceso, y ésta puede ser tanto física como simbólica. Crisis también es una
situación complicada o de escasez. También en ideogramas la representan como oportunidad.
Las crisis pueden designar un cambio traumático en la vida o salud de una persona o sociedad o una situación social inestable y peligrosa en lo político, económico, militar, etc. También puede ser la definición de un hecho medioambiental de gran escala, especialmente los que implican un cambio abrupto. De una manera menos propia, se refieren con el nombre de crisis las emergencias o las épocas de dificultades de la crisis.
Durante los últimos 25 años hemos estado utilizando, pero sobre todo viviendo circunstancias que hemos dado en nombrarles como crisis. Ya nos podemos considerar casi expertos en situaciones de este tipo, nuestras recientes generaciones ya no se recuerdan de cuando no se hablaba sino sólo de situaciones muy acordadas y en donde todo sucedía de la manera esperada.
Cuando las cosas se dan de manera regular hasta nos cansamos porque todo tiene un dejo de monotonía y llega hasta hacer perder competencias, tal y como nos ha pasado con la producción de maíz que aunque es de nuestra tierra, y de hecho, somos “hijos del maíz”, sin embargo hoy estamos importando un porcentaje muy elevado del mismo; México superó a Japón como primer destino de las exportaciones estadounidenses de maíz en el 2015, una tendencia que se mantuvo en la primera mitad del 2016, según datos del Departamento de Comercio de Estados Unidos.
Ante las circunstancias que estamos viviendo ahora a nivel internacional nos queda la posibilidad de acrecentar lo que realmente somos. El pueblo mexicano que tiene raíces y se crece en los momentos de dificultad.
Es momento de reflexionar y volver a reconocernos como socios-hermanos, se dice ahora de reconstruir el tejido social.
La frase de Nietszche con la que he nominado este comentario, es para analizarla, pero comprende decir que aquellas cosas que nos abaten en la vida nos hacen más fuertes, puesto que las resistimos y seguimos nuestro camino pese a ello. Una forma concreta es consumiendo lo que es de nuestra región, así construimos economía local, ojalá podamos hacerlo de esta manera y participar en el rescate de nuestro país.
Bendita la crisis que nos da la oportunidad de poder salir de estas circunstancias de sugestión y de poder, demostrándonos a nosotros y a los demás que sí tenemos categoría y que esta Raza de Bronce está llamada a dar ejemplo para que “Por mi Raza hable el Espíritu”.
¡Por la construcción de una Cultura de Paz!