“Distancia: del latín distantia, la distancia es el trayecto espacial o el periodo temporal que separa dos acontecimientos o cosas”. “La distancia es una magnitud que mide la relación de lejanía o cercanía entre dos cuerpos, objetos o individuos”.
Aquí hemos encontrado a Dios en cada hallazgo, el laboratorio es como ese chico que no esperabas conocer y terminan encontrándose, en el instante menos esperado pero en el más indicado. Llevo un mes en este proyecto, estamos en etapa de prueba, con dos intentos fallidos siendo este el resultado más óptimo y de mejor respuesta, cantar victoria aún es prematuro pero tengo la corazonada de haberlo logrado. Sumado a esta investigación tengo un nuevo proceso de alteración genética, al cual le he dedicado mis tiempos libres, las novelas en libros serán para después, me resulta más placentero interpretar otras formas de imaginar y crear usando la ciencia. Uno de los 13 profesores del departamento está apostando por mi beca en la institución, apenas termine las prácticas puedo comenzar a trabajar aquí.
La pelea entre si existe Dios o no es un debate de diario y yo prefiero omitir mi punto de vista. Es mentira que somos fríos: calculamos las distintas posibilidades y lo que hacemos aquí lo llevamos a nuestra vida cotidiana, con frecuencia trato de encontrar una respuesta coherente con la situación que se involucra, pero en cuanto al amor se refiere me encuentro como la más ignorante en mi área. Me concentro en el ámbito profesional, por lo cual es común escuchar “¿Podemos dejarlo para después?” si se trata de una cita, mi compañera menea la cabeza de un lado a otro desaprobando esa frase: “soy fría”, le respondo sonriendo y contradiciendo mi teoría sobre los científicos, ella me refuta con un jaque mate: “no eres fría, solamente no te han sabido calentar”.
Vaya manera de estamparme contra el pavimento, ese es precisamente el tema que trato de evitar porque no se escabullirme de él fácilmente. En la cena de navidad me siento al extremo de la tía incómoda que pregunta por el novio, está de más mencionar que el 14 de Febrero pido doblar turno y aunque un día antes rondo por las tiendas comprando tazas de “love” y demás telebrejos para obsequiar, no es algo que me quite el sueño.
Hay distintas formas de decir te quiero, me repetía. Algunas suenan así: ¿Cómo estás?, ¿dormiste bien?, ¿qué tal tu junta de los viernes?, ¿qué comiste? Y la mejor de todas: ¿vendrás? Esta última esconde la palabra: te extraño.
A veces estamos solos en la vida por despistados, de mi querido Principito aprendí que “lo esencial es invisible a los ojos”.
Todos tenemos una persona en la cual pensamos de noche, es sencillo escribir un mensaje cuando nuestro ritmo de vida cesa por un instante y no le quito meritos, pero tomarme un minuto del día para escribir: ¿comiste? Es lo que me hace pensar que vamos perdiendo frialdad, los planes nos hacen pensar en que estaremos juntos más tiempo, no sabiendo que el tiempo es relativo y que cualquier factor puede alterar, lo que incluso, no está en nuestras manos. Algo que en este centro de investigación he aprendido: la paciencia.
Pero dime tu, ¿cómo se le hace para esperar con calma si el abrazo se queda al borde de los dedos?. Busqué la definición de distancia y no me resulta convincente, en ningún lado se me explica por qué estando tan lejos se puede sentir a una persona incluso más cerca que a los aquí presentes, refuto totalmente la idea de la distancia cuando él está presente en todos mis aciertos, ahora ya no comprendo a quién le da más gusto un logro mío, si a él o a mí.
Es más fácil alterar una planta genéticamente, que explicar lo que siento cuando charlamos, quizá estaré sacando lo más sensato y nostálgico de mí, porque permito que lo haga, de no hacerlo, bloquearía mis sentimientos. Inteligencia emocional lo llaman, pero presiento que a estas alturas, ser inteligente implica decir: te extraño. Aún y cuando él no me pienseo extrañe, no lo hago por ser correspondida, sino por mí, porque decido quererlo.
… “Luego de la transformación, las células que recibieron los genes de interés se seleccionan empleando antibióticos o herbicidas en el medio de cultivo, además de los genes de interés, se introducen otros genes, denominados “marcadores de selección” que le confieren resistencia a las células que los llevan, de modo que las que células que no llevan estos genes marcadores, mueren”. Mi proyecto de alteración genética ha concluido exitosamente, las fechas coinciden, estoy en hora y tiempo de enviarle mi obsequio de cumpleaños. La nota rezará así:
“Me hubiera gustado enviarte un pastel, en cambio, he recordado que ninguna chica te ha enviado flores. Vaya testarudo, que no es común eso entre los chicos pero supongo te hará sonreír. Un tulipán. Está alterado genéticamente de manera que si todo marcha como imagino: no necesitará mayor cuidado, es hipersensible; por lo cual si recibe rayos de sol ella se moverá buscando sombra. Debes ser sutil:tócala demasiado fuerte y se hará pequeña retardando su proceso de crecimiento. Busca un lugar de tu habitación, quizá le guste la resolana de tu ventana. Puedes cambiarla de sitio, se aclimata rápido al entorno así que despreocúpate; mínimo tres años estará tan bonita y alegre como tú la cuides. Es un tulipán diferente. Esta es mi manera de decir: te quiero. Feliz cumpleaños amigo”.
Escribí amigo pensando que lo quería para algo más, algo bonito. En cambio me quedo con la siguiente definición: “La distancia es una magnitud que mide la relación de lejanía o cercanía entre dos cuerpos, objetos o individuos”… Tan distantes e imposibles…¡Y sin embargo: lo quiero! (Que me perdone Galileo por usar tan memorable frase en asuntos propios del amor).