La Feria Internacional del Libro de Guadalajara, considerada el mayor encuentro literario en lengua castellana, se desarrolló del 26 de noviembre al 4 de diciembre; para esta trigésima edición el invitado de honor fue América Latina, por lo cual ha sido una excelente oportunidad para redescubrir la pluralidad latinoamericana a partir de la obra de sus escritores. El programa ofreció diversas actividades culturales, entre presentaciones de libros, conferencias magistrales, actividades académicas, proyecciones cinematográficas, teatro, conciertos, talleres para niños, cuentacuentos y mucho más con la finalidad de promover el gusto por la lectura.

La FIL alberga a más de 1,980 casas editoriales de 44 países, para su desarrollo contó con el apoyo de la Secretaría de Cultura, el Gobierno del Estado de Jalisco, la Universidad de Guadalajara, el Fondo de Cultura Económica y el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, entre otros patrocinadores.

En el marco de la celebración, el escritor rumano Norman Manea fue galardonado con el Premio FIL de Literatura en Lenguas Romances 2016, (anteriormente llamado Premio Juan Rulfo); en reconocimiento a su trayectoria recibió un monto de 150 mil dólares. Algunos de sus títulos más destacadas son: La quinta imposibilidad (2012), El regreso del húligan (2013), El té de Proust (2010), Felicidad obligatoria (1999), Payasos: El director y el artista (1997), El impermeable, (1990) y El sobre negro (1986).

Nacido en Bucovina (Rumania), en 1941 fue deportado a un campo de concentración nazi cuando era un niño. Posteriormente sus publicaciones fueron censuradas por el régimen comunista.

Actualmente es considerado uno de los autores más influyentes, su obra literaria oscila entre la narrativa y el ensayo, ha sido traducida a más de veinte idiomas. Aborda el tema del exilio, la historia rumana y los horrores del totalitarismo. Para Norman Manea la escritura es un acto de consolación. El escritor Allberto Manguel comenta una anécdota que permite comprender su intensidad: “Durante una lectura pública, un oyente le preguntó – Señor, en su cuento usted habla de opresión, pero no nombra a los opresores. Y él le contestó: -Tiene usted razón, no los nombro”. El motivo es que cualquiera que fuese el sistema opresor en que el lector viviese, pudiera reconocerse en el relato.

Norman Manea entiende a la lectura como el más duradero amigo en la soledad, el mejor apoyo en tiempos difíciles, ya que proporciona vitalidad intelectual. Finalmente, manifestando su agradecimiento, señaló que México aunque lejano geográficamente, es un vecino cercano a su corazón.

Para mayor información sobre lo acontecido, visita el sitio oficial: www.fil.com.mx

 

Twitter: @jabrahamsn

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