Mis navideños lectores, nos aproximamos a las fechas más esperadas del año y aún sigo sin saber muchas cosas de los libros que me gustaría. Tengo innumerables bibliotecas que desconozco, pasajes literarios por conocer y demasiado tiempo muerto que no puedo rellenar con los libros, pero aun así, puedo pedir como regalo que leamos juntos una obra de Agatha Christie que me encanta.
Para todo esto debemos remitirnos a mi infancia, en esas fechas de “Cine Permanencia Voluntaria” de los domingos. Una mañana pude apreciar una película increíble que me llenó de miedo y de gusto por esta serie de casos. Si bien, no era la primera película de misterio que veía en mi vida, sí fue de las que más me impactaron. Se trataba de Navidades trágicas, una película con el increíble detective Monsieur Poirot, un calvo con cabeza de huevo y un bigote muy al estilo de los hipster.
En la película nos muestran la situación familiar de unos acaudalados atrapados en una casa en invierno, justamente en épocas navideñas. La nieve llega a niveles tremendos lo que hace imposible que cualquier persona salga de la mansión. Un anciano detestable se queda en su habitación y ahí es cuando lo asesinan. El sonido de la batalla y de agonía está presente en todo momento y cuando logran abrir la puerta encuentran al anciano difunto.
El caso no puede ser más extraño que otros de la misma Agatha Christie, escritora que conocía a su perfección las reacciones humanas y cómo se comportaban ante la imposibilidad de resolver un misterio. Se dice que ella misma invitó a varias personas a una cena donde fingió un robo y comparó las reacciones de los asistentes con las de sus libros, mejorando tremendamente la verosimilitud de sus novelas y cuentos. Pero sobre todo, esta novela, además del tinte sentimental que le tengo, tiene la imposibilidad de resolución. Desde Asesinato en el Orient Express, vemos que no se puede solucionar ningún caso del modo normal, pero el mismo Poirot es tan buen detective que conoce a su perfección los detalles, dónde buscar información y las preguntas adecuadas. De este modo logra dilucidar los crímenes, reconstruir en su cabeza todo lo que ocurrió y dar una solución que siempre es correcta, pero que en ocasiones no conviene a la prensa; como se vio en Orient Express donde revelar la verdad atentaba contra su seguridad.
El caso de esta novela es muy interesante, pues el asesino es único. Nunca lo repetirá en sus otras novelas, por lo que las posibilidades son sumamente reducidas, y nos muestran el nivel de malicia humana.
Realmente conviene leer Navidades trágicas, o en dado caso ver la novela, mis navideños lectores. Les recuerdo que estaré más al día de mi columna ya que en la preparatoria donde trabajo me han dado un día libre, y puedo trabajar a mi gusto en casa, por ello mismo, me pongo a su disposición para cualquier situación en mi correo electrónico, esperando comentarios o sugerencias.
[email protected]
En ambiente decembrino: Navidades trágicas
De Libros y Bibliotecas