Una pregunta que frecuentemente me hacen es sobre el llamado “perrito”; tanto a hombres como a mujeres es una situación que les inquieta y crea curiosidad. Los hombres suelen decir que saben cuando las mujeres tienen perrito y a las mujeres les inquieta que ellos digan que saben, que se pueden dar cuenta cuando lo tienen y les preocupa no tenerlo.
Así como hay personas que no tienen ni idea de que esto existe pero el saberlo ayudará que en alguna ocasión en que lo escuchen o les pregunten, sepan de qué se trata.
Para aclarar esta situación, hay que comenzar por saber qué es el “perrito”; éste consiste en que cuando un hombre penetra a una mujer, siente unas contracciones, espasmos o “apretones” en el pene, los cuales suelen ser muy disfrutables.
Con ésta información, requerimos diferenciar entre hacer y tener, que no es lo mismo pero la información inadecuada al respecto crea sentimientos de inadecuación principalmente en las mujeres, ya que es a quien se clasifica por ésta situación. Mientras que los hombres pueden considerar que no están siendo suficientes al causarle placer a su pareja.
El perrito, es una práctica sexual que se aprende, no se tiene de manera “natural” como indicador de placer; el momento en que podríamos decir que se produce espontáneamente es en el orgasmo.
El orgasmo es una fase de la Respuesta Sexual Humana que se caracteriza por contracciones musculares rítmicas en los músculos de la vagina, uretra, perineo, órganos y músculos circundantes; ocurren de 3 a 15 contracciones en intervalos de 8 segundos y van disminuyendo de intensidad y frecuencia. Esto ocurre tanto en hombres como en mujeres pero como el hombre es quien penetra, puede sentir dichas contracciones cuando suceden en la mujer. Si la mujer se queda quieta podrá sentir también las contracciones en su pareja; además de que en ambas personas son observables las reacciones que se producen en el resto del cuerpo.
De éste modo, podríamos decir que todas las mujeres tenemos “perrito” espontáneo pero muchas desconocen lo que sucede durante su orgasmo y no lo perciben, o bien, están tan desconectadas de su placer y su cuerpo que no logran sentirlo; o en el peor de los casos, que nunca han llegado al grado de excitación máxima que desemboca en el orgasmo.
Cuando hablamos del “perrito” como práctica sexual, lo que se requiere es aprender a hacer y practicar los ejercicios de Kegel, los cuales nos ayudan a fortalecer los músculos pélvicos, con varios objetivos como control de incontinencia urinaria, facilitar el parto, ayudar en el control eyaculatorio y auxiliar en el juego sexual para una mayor sensación de placer. Estos ejercicios los requieren hacer tanto mujeres como hombres, ya que es la única manera de fortalecer la musculatura pélvica.
Puesto que el “perrito” es una práctica que realizan las mujeres, esto que menciono es para ellas: habiendo aprendido a hacerlos voluntariamente, cuando se está teniendo una relación sexual coital, podrás realizar las contracciones con consciencia, con la fuerza y frecuencia que desees para aumentar el placer en tu pareja, independientemente de la posición sexual llevada a cabo.
Además, no sólo es para el placer del hombre, también producen placer en la mujer ya que debido a la vasoconstricción que caracteriza a la excitación y al orgasmo, toda la región pélvica está más sensible y el juego “del perrito” te proporcionará diferentes sensaciones novedosas y placenteras.
Con ésta información, podemos darnos cuenta que “el perrito” es un juego sexual, por lo tanto se hace y se comparte con la pareja, simplemente hay que adiestrarse para realizarlo; pudiendo ser una práctica más que enriquezca tus relaciones de pareja o bien ahora sabes algo más que existe aunque no sea tu deseo practicarlo.
En realidad, es muy diferente a lo que sucede en la respuesta al orgasmo pero fue la manera que encontré para explicar que pudiera ser que los hombres sientan las contracciones y eso hace la diferencia entre tener y hacer; para así desmitificar y erradicar la idea de que las mujeres deben o no tenerlo.
No es lo mismo tener que hacer…
Una pregunta que frecuentemente me hacen es sobre el llamado “perrito”; tanto a hombres como a mujeres es una situación que les inquieta y crea curiosidad.