Mientras todo giraba en el vacío, un viaje intergaláctico se incrustaba en tu estrella, y podías girar dándole movimiento a tu constelación, a aquellos y aquellas que andan rodando circularmente alrededor o en la periferia de tu orbita. Sucumbiste, lo tenias que hacer, levantar el polvo, renacer, reír y tomar casi todo como un innumerable juego estético. Casi todos aquellas o aquellos que consiguen girar en tus orbitas, quedan suspendidos en una galaxia de paisajes, texturas, fisuras, delirios y múltiples esferas multi colores.
A veces lo mas increíble pasa sobre nuestro rostro y nos quedamos callados, perplejos, pensando en el tiempo y las batallas perdidas. ¿Cómo sobrevivir al espanto de observar las constantes derrotas del delirio de estar respirando y existiendo con un cumulo de pasajes poéticos girando constantemente sobre el cuerpo?
El aire se hace un cuerpo que se asemeja a los planetas invisibles, a la singularidad de una canica cósmica rodando en tu patio secreto. Yo no aprendo nada, casi todo lo voy dejando como un cometa que se estrella en un vacío rojo-purpura, detrás de un luna acuática. Nunca he aprendido a hacer teorías científicas, sociales o filosóficas coherentes, lógicas o matemáticas, no quiero o pretendo medir nada, el espacio es un misterio, como la boca del aire o los cuerpos lumínicos de tu constelación.
Casi todo puede desaparecer, quizá, quedaran algunos fragmentos de una serie de recuerdos compartidos. Lo repito, no se nada, o casi nada, trato de evocar al vacío de un fresco trago de cerveza clara.
Sigo siendo, con cierta fortuna y desdicha, un salvaje sin universidad. Me reconforto observando parajes, terrenos baldíos, silencios, caminos obtusos, puentes sin conexión, palabras por explorar, movimientos corporales, constelaciones. Tu estrella seguirá brillando en diversos ecosistemas lunares, galaxias aparentemente lejanas. 
No permitamos que todo se seque, el milagro se posa en las rocas de ese planeta azul turquesa, y nosotros, que cada vez nos parecemos a un desconocido planeta, no podemos olvidar la mañana, la respiración de los cuerpos que se buscan.
El aire que en este preciso momento logro respirar, tiene tu nombre.
[email protected]

Leave a comment

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *