El día de hoy, en que se conmemora el Día Internacional de la Mujer, es importante reconocer que hay avances en el empoderamiento de la mujer; en el hacer valer nuestros derechos, admitir y aceptar que por el simple hecho de ser seres humanos merecemos vivir en igualdad, reconocimiento y libres de violencia.
Así como merecemos vivir y disfrutar de nuestra sexualidad; punto donde me centraré, ya que, continúo encontrando vacíos muy importantes y es necesario empezarlos a llenar para que verdaderamente podamos regocijarnos y complacernos con nuestra sexualidad.
Para empezar, en efecto, el tema de sexualidad y todo lo que se le relaciona es aún considerado como privado, prohibido, vergonzoso, razón que continúa impidiendo que las personas se acerquen a preguntar, solucionar dudas y tener información real y científica sobre todo lo que les preocupa y acongoja de su sexualidad individual y en pareja, aunque pareciera que hay bastante apertura al respecto, es decir, vivimos en una franca incongruencia. Lo anterior nos lleva a todas las personas a continuar con creencias y comportamientos inadecuados, pero hoy me voy a centrar en las mujeres por obvias razones.
Una creencia que continúa vigente es que los hombres saben todo o lo necesario para que aprendamos y disfrutemos, la realidad es que no es cierto, ellos saben tan poco como nosotras, por ello es necesario que, como mujer, también preguntes, investigues, aprendas, explores y apliques tus conocimientos sin vergüenza, evitando creer que saber te etiqueta de manera negativa, al contrario, recuerda que saber incrementa tu inteligencia sexual.
Increíblemente, aún se presenta la situación en que las mujeres rehúyen el hecho de conocer los condones masculinos, tocarlos, cargarlos, comprarlos, aprender a ponerlos, por la idea de que no es asunto suyo al no tener pene; situación idéntica con el condón femenino, que al conocerlo, hasta brincan. Ante lo que es necesario enfatizar que el saber y hacer todo esto, nos hace ser responsables de nuestro cuerpo y sexualidad integral.
También se preserva la confianza ciega en las parejas, se cree que verdaderamente su relación es monógama y que aparentemente no han tenido una vida sexual previa o que ésta fue “muy segura”, por lo tanto, no hay riesgo de infecciones de transmisión sexual e incluso, de embarazo puesto que “como me quiere, me cuida”.
Aún se confunde la violencia con muestras de amor, llevando a vivir y experimentar relaciones de mucha violencia psicológica y sexual, que con el tiempo hacen que se “normalice” todo tipo de violencia bajo el supuesto de que “es amor” hasta que ya no se sabe distinguir lo que hace sentir mal e incomoda, aprendiendo a “disfrutar o necesitar” éste tipo de relaciones y repitiéndola con diferentes parejas o bien, vivirlo con una sola hasta poner su integridad y vida en riesgo.
El hecho de no atreverse a conocer, observar, tocar su cuerpo para saber cómo son en estado de salud, logrando ignorar síntomas que pueden ser indicativos de alguna enfermedad, infección o anormalidad. Así como tampoco se atreven a cuestionar algo “irregular” que notan en su pareja porque seguramente no es cierto, ellas qué saben o no se vaya a sentir por el comentario.
Se permite y admite la vivencia de prácticas sexuales de alto riesgo, como el sexo oral sin protección alguna; posiciones, juegos y penetraciones con las que no están de acuerdo, no disfrutan, que pueden hasta sufrir con tal de “no hacer sentir mal”, evitar les rechacen o que crean que son “mochas”, “cortadas”, “fresas”, “persignadas”, “inexpertas”, “fuera de onda”.
Aceptar abusos y acosos sexuales por costumbre, no saber cómo detenerlos, porque los disfrutan o porque “son normales para las mujeres”. Así como vivir violaciones y no denunciar o acusar porque “se lo merecen”, les avergüenza o no saben que se trata de una.
No aceptar su preferencia u orientación sexo-genérica y vivir “en el closet personal” por miedo a reconocer quienes son, a quien aman; esto puede llevar a conductas autodestructivas, practicas de alto riesgo (en especial, las mujeres lesbianas, descuidan su salud al considerar que sus prácticas son de bajo riesgo en lo que respecta a las infecciones y demás enfermedades sexuales, incluyendo el cáncer cervicouterino y mamario).
Se habla mucho de Derechos Sexuales y Reproductivos, especialmente cuando se les señala o enjuicia por algo y pretenden defenderse pero el resto del tiempo, se victimizan ante las situaciones vividas en lugar de darse la oportunidad de empoderarse y verdaderamente disfrutar y vivir su sexualidad conociendo, entendiendo y aplicando integralmente dichos Derechos.
Éstas y otras muchas situaciones de rechazo y miedo a hacer frente, aceptar, vivir su sexualidad de manera responsable y consciente, son ejemplos que he tenido oportunidad de conocer en las diversas pláticas e intervenciones que he realizado en varios estados y ciudades.
Por ello, la invitación del día de hoy es que te atrevas a contactar con tu sexualidad de manera integral, a defenderte, cuidarte, disfrutarte, informarte y sentirte orgullosa de ser quien eres, tratarte con amor e igual a cualquier otro ser humano, incrementar tus conocimientos sexuales y llevarlos a la práctica con la seguridad de que la sexualidad es parte de ti y merece un lugar digno en tu vida.
“Mujer…empoderante de tu sexualidad”
El día de hoy, en que se conmemora el Día Internacional de la Mujer, es importante reconocer que hay avances en el empoderamiento de la mujer…