De pronto, o muchas veces u ocasiones, no se que escribir, existo al día y se me olvida el ocioso oficio de la escritura. Últimamente leo muy poco, casi nada, en lo que va del año en curso, si mucho, he terminado de leer un libro completo, y ni recuerdo cual fue, ni de que escritor, mucho menos el tema. He estado mas alerta de la sobrevivencia económica personal, de todo esos malabares laborales que tenemos que hacer para ganarnos unas cuantas monedas, y así, podernos mover en cualquier ciudad, pueblo o lugar.
Casi todo es extraño, o así lo pareciera, o lo hacen parecer. Hay quienes son adictos a una labor o trabajo, no pueden andar en este místico suelo terrenal “perdiendo el tiempo” o haciendo actividades que no generen nada, tienen que haber algo, una ganancia, un objeto u objetivo, una serie de metas, o peroratas de esas que se han inventado las Universidades privadas, para tener sangre nueva vendiendo mercadotecnia de superación personal y elitista. O en su efecto las Universidades publicas, con las venas abiertas, ofreciendo a los alumnos o estudiantes como carne fresca para los lobos que llevan años en cargos escolares, administrativos y académicos. Casi todo viciado, por supuesto, la burocracia se mantiene casi intacta e inútil, la tecnocracia facilita los tramites, cobros, vigilancia y procesos digitales que le convienen, los académicos acomodándose a los “nuevos procesos de la era moderna” y la mayoría de los estudiantes o alumnos, buscando una sombra en donde refugiarse, o inventándose un empleo con el cual poder pagar los gastos cotidianos.
Esto no es una queja, que quede claro, es una simple y llana manifestación de una serie de corajes y rabia que me invaden cuando por accidente u otro motivo me acerco a los recintos Universitarios y observo como se mueven las piezas de esos viciados sitios. Esto es una larga cadena de irresponsabilidades y descuidos históricos que ha padecido la educación publica en todo el mundo, es un tema complejo, alambicado, lleno de espinas y flores secas que con el tiempo, la apatía, ignorancia y complicidad del sistema económico neo liberal, va a seguir creciendo, secando tierras, explotando seres, pregonando la ideología del progreso material y económico para la élite de unas cuantas familias adineradas o empresas de capital variable, que no van a renunciar a perder ni un ápice de sus acaudalados privilegios que huelen a explotación, abuso y autoritarismo.  
Hay cuestiones que nos envuelven a todos, el hecho de respirar y tener que alimentarnos de bienes insumos. De eso dependemos todos los seres vivos, es un común denominador, como la tierra, todos caminamos y nos alimentamos de ella.
Ahora mismo, hago un intento de escribir algo que tenga que ver con la subsistencia, de pensar que algo puede y debe modificar. La educación tiene que ser para todos, es menester repensarla. No se puede andar laborando en algo que no te apasione, no se puede andar así, caminando libremente cuando tienes un trabajo de esclavo, tedioso, monótono, poco remunerado, aburrido. La educación debe tender a la liberación, al auto conocimiento de si y del otro, a la ecología, al derecho de no hacer nada, al ocio, a la diferencia, a la diversidad, al aprendizaje de diversos oficios etc. El trabajo nadie no lo tiene que dar, no debe ser un empleo de nada ni para nadie. El trabajo es una manifestación de estar existiendo, de pertenecer a este planeta de transformaciones y mutaciones, de indagaciones, convivencias, imaginación y creatividad. Como dice   Karl Marx: “El capital es trabajo muerto que, al modo de los vampiros, vive solamente chupando trabajo vivo, y vive más cuanto más trabajo chupa.” 
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