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omo preámbulo a esta nota, no se puede dejar de mencionar el interesante arranque que ha tenido la serie final por el título del torneo de invierno de primera fuerza entre Piratas y Tapeteros, torneo dedicado a Nahún Landeros Valenzuela. Y lo que son las cosas. En la entrega anterior, hablamos de dos de los lanzadores que han tenido el privilegio de lanzar “blanqueada” en el “Aguilar y Maya”, muy recientemente Eduardo Hernández de Tapeteros y por allá en el 2008, Oscar Martínez. Y resultó que se enfrentaron el sábado pasado para escenificar tremendo duelo donde ya no había ceros para poner en la pizarra.
Finalmente, Piratas en entradas extras, derrotó a Tapeteros 2 a 1. Oscar no tuvo decisión al dejar el juego en la décima entrada y Eduardo, que tiró todo el juego, finalmente fue el pitcher derrotado. Eduardo Hernández admitió dos carreras en 20 entradas. El duelo de esta semana será también de pronóstico reservado y a lo mejor vuelven a aparecer como abridores. Estas novenas se han enfrentado ya cuatro veces (tres en el torneo regular) y en el primer juego de la final. Piratas lleva ventaja de 3 a 1, por lo que podría pensarse que luce como favorito.
El tema de referencia, tiene que ver con una tradición que se fue forjando desde el año 1997 en la Facultad de Química de nuestra Universidad de Guanajuato, y que ha consistido en tener una convivencia deportiva entre profesores y personal administrativo de esa unidad académica universitaria con los estudiantes de las distintas carreras de la química. El motivo es festejar con un juego de béisbol el día del maestro. Se dice fácil, pero ya han pasado 21 ediciones (contando la de este año, el partido celebrado el pasado 17 de mayo) habiendo pasado ya varias generaciones de estudiantes. Contando siempre con el apoyo del ahora Departamento de Desarrollo Estudiantil de la UG, el campo de futbol de Noria Alta, anexo a nuestras instalaciones académicas para el estudio de la química, se transforma en campo de béisbol.
Una motivación para su realización, lo ha sido así mismo, el apoyo que por muchos años nos otorgó Don Alberto de Jesús “Charro” Raya, a quién precisamente le fue dedicado el juego de este año. Gracias Don Alberto. Ha sido tradición también, que se entreguen reconocimientos a algunos de nuestros colegas y amigos del personal académico y administrativo, ya sea por sus años de servicio, ya sea por su apoyo a esta actividad deportiva. En este año, nuestros compañeros Manuel Villanueva, José Luis Mata, Dionisio Rodríguez y Armando Barrientos fueron galardonados. Los resultados de los juegos a lo largo de estas 21 ediciones, han favorecido a los “académicos-administrativos” la mayoría de las veces. En esta última, los estudiantes se quitaron una racha de 10 años sin ganar. En tremendo juego, salieron victoriosos 14 a 13.
Tomando en cuenta que no muchos practican el béisbol pero que su entusiasmo los empuja a participar, el mismo Alberto Raya sugirió algunas reglas para dar movilidad al juego, dado que varios años el carreraje era muy abultado y pasaban las horas. Lo principal consiste en que los juegos son a 7 entradas pero cada entrada se juega a realizar tres outs o bien tres carreras como máximo, quedando libre la última y así, el juego fluye adecuadamente. Con el paso de los años, es posible imaginar la gran cantidad de anécdotas que se han acumulado. Que los colegas maestros y los que han sido y son nuestros maestros, hayan sido recordados en su día.