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na situación considerada preocupante en la actualidad, en el Estado de Guanajuato, es el aumento del embarazo en adolescentes; para reconocerlo simplemente hay que salir a la calle y observar, hay muchas adolescentes embarazadas. Situación que no es nueva ya que también podemos ver y saber de la existencia de madres muy jóvenes cuyo(a)s hija(o)s ya son grandes pero que esta aumentando.

Haciendo una observación del entorno en el que vivimos, puedo darme cuenta que existe mucha información sobre relaciones sexuales y métodos anticonceptivos que es difundida por diversos medios, pero algo estamos haciendo mal como sociedad puesto que pareciera que la información no llega adecuadamente; no es recibida, no es considerada, no es reforzada o bien, simplemente no les importa porque va en contra de sus intereses.

Ya que tengo la oportunidad de conocer muchas opiniones en las pláticas que imparto, quiero comentar que me llama la atención que en muchas zonas las mujeres, menores de 20 años, tienen toda la intención de embarazarse, no lo dicen abiertamente pero sus dudas y preguntas van encaminadas a saber cómo lograr un embarazo, cómo lograr ser mujeres atractivas y deseables y cómo conseguir pareja.

Lo anterior me llevó a reflexionar sobre que algo no está siendo congruente entre las actitudes, comportamientos y toda la información sobre sexualidad que existe; dicha información continua siendo informal y tiene más peso la referente a relaciones sexuales, al placer que brindan, a ser sexy y atractiva(o) para los ojos de otras personas, a tener pareja o a tener con quien tener relaciones sexuales cuando quieras.

Exactamente no sé qué es lo que nos está fallando como sociedad, como sexóloga sé que hay muchas personas hablando del tema y transmitiendo información inadecuada centrada en las relaciones sexuales como fuente de placer inmediato, tergiversando el mensaje del disfrute de tu sexualidad y concentrándolo en eventos físicos momentáneos que no contemplan las otras áreas de vida en donde el futuro es determinante; así como hay quienes se dedican a sancionar, satanizar y bloquear la sexualidad.

Otra situación que conozco es la falta de información que tienen las mamás y los papás respecto a la sexualidad y el miedo que le tienen a su propia sexualidad, uniendo esto, lo que se perpetúa es la desinformación y el miedo. Aunado a su propia historia de vida, es decir, la edad en que fueron padres; el inicio de sus relaciones sexuales con pareja, edad y situación en que sucedió; el cumplimiento o no de sus deseos, objetivos de vida; la existencia de un plan de vida; el acompañamiento o abandono de sus padres ante los sucesos importantes de su vida; la vivencia de sucesos de abuso sexual o violaciones; etc.; es comprensible que tengan temor, reticencia e incredulidad a la vivencia de una sexualidad constructiva.

Continuará…

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