Los ladrones de motocicletas, nuevamente están asolando nuestra ciudad. Se han reportado varios robos de máquinas en poco tiempo y la comunidad de motociclistas está molesta porque no se ha hecho lo suficiente, no obstante que la Dirección de Policía ha detenido algunos sospechosos.

Es fundamental que los motociclistas se organicen nuevamente, de ser necesario que se reorganicen las brigadas. Que la autoridad haga su parte, que revise las cámaras de video y que las aumenten en los sectores rojos. Los robos se están realizando principalmente en los callejones. Que se dejen las motos en lugar seguro y de ser posible, encargarlas con alguien.

Hace casi dos años se dejaron venir unos delincuentes de Silao y Romita, asolaron la capital, robando varias maquinas, inclusive asaltaron e hirieron a un hermano motociclista que circulaba por el sur de la ciudad, acompañado de su esposa. Se llevaron la motocicleta, pero los daños mayores fueron las heridas y el mal rato que pasaron.

Los delincuentes tuvieron la osadía de robarse unas máquinas en el barrio de La Venada, sector de la ciudad con gente que no se deja de nadie.

Los robos nocturnos más frecuentes, se realizaban entre las 3 y 4 de la madrugada, precisamente en el tiempo del sueño profundo de las personas y así realizaban los robos con mayor facilidad. Los motociclistas capitalinos estaban indignados y seguían organizándose sin obtener buenos resultados, la autoridad policiaca intervino.

La comunidad motociclista participó activamente, inclusive se formaron brigadas de vigilancia por aquel sector de la ciudad pero no era suficiente, seguían los robos, la autoridad, no obstante hacia sus esfuerzos, con filtros policiacos y otras acciones, encontraron algunas máquinas.

Pero se disolvió la banda de malhechores cuando un motociclista detuvo a un delincuente cuando se estaba llevando su máquina.

Resulta que se dirigía a recoger su moto en el estacionamiento de la calle de Juan Valle y Juárez y vio que un sujeto se estaba llevando la máquina, lo sometió y llamó a la autoridad para que lo detuvieran. Gracias a la detención, el presunto delincuente apresado y sintiéndose perdido, confesó ampliamente su delito y detuvieron otras personas más y se recuperaron algunas máquinas.

Después de las aprensiones, cambió el panorama, bajó el reporte de robos y la autoridad seguía con los filtros, cada vez más discretos, pero ahí estaban. Colocaron argollas para encadenar las maquinas en algunos estacionamientos citadinos para motos.

Estas máquinas, generalmente son el objetivo de los delincuentes por la topografía capitalina y porque su fragilidad facilita que se las lleven y en caso de detenerlos, estos pudieran salir libres.

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