Igual que en artículos anteriores, ahora inicio el siguiente relato de otra calle de Irapuato, la actual conocida como ‘5 de febrero’ y que, hacen muchos años recibía el nombre de ‘calle de la piedra lisa’. Nombres que he recomendado siempre se conserven los anteriores pues son los que, de laguna manera y aunque sea poco, nos otorgan parte de nuestra historia común; como ejemplo, en el artículo anterior señalaba que la calle de ‘Allende’ se llamaba anteriormente, calle de la ‘Vía Crucis’. Así, esta última calle recibía su nombre porque a lo largo de ella se rezaban varios misterios de la pasión de Nuestro Señor a lo largo de la ´’Vía Dolorosa’, es decir, la ‘Vía Crucis’. La calle de la cual relato algo de su historia, la ‘5 de febrero’, se le conocía como ‘calle de la piedra lisa’ porque en el cruce de ella con la actual calle del Doctor Acuña, se encontraba –aún existe-, en la casa donde vivía la familia Aguilar- una piedra para descansar.

Ya lo señalé en otros escritos que, por el año de 1921, el Gobierno Federal envió una Orden, (sugerencias o recomendaciones), para que en cada población se cambiaran los nombre anteriores de las calles por otros con nombres de personas o acontecimientos de hechos sucedidos no hacía mucho tiempo y ligados con nuestra Independencia o movimientos a fines o similares, recomendando siempre que esos nombre lo fueran según la visión del Gobierno Federal. Con esto perdimos relación, información parte de nuestra historia, pues los actuales, aunque representan algo de nuestro pasado reciente, los anteriores nos remitían, casi a los orígenes de la nomenclatura de Irapuato. Por ejemplo: la calle de ‘Altamirano’ se llamaba del ‘Fresno’ porque en ella existía un árbol de esa especie; la ‘calle Fernando Dávila’ (inexplicablemente denominada recientemente como ‘calle de Barreto’, pues ya existen otras dos más provocando confusión) era conocida con el nombre de ‘calle de las Toribias’ porque en una casa de ella vivían las hermanas Toribias. La ‘calle de Cortazar’ (nombre de un gobernador del estado de Guanajuato de principios del siglo XX), su nombre anterior fue ‘calle del Señor de la Misericordia’ porque en el ‘Templo del Hospitalito’ o, de ‘Nuestros Señor de la Misericordia’, desde mediados del siglo XVIII se venera a Nuestro Señor bajo la imagen escultórica de él realizada en pasta de caña de maíz. Inicialmente la titular ese templo era ‘Nuestra Señora De la Misericordia’, imagen escultórica suya que existe en el retablo del presbiterio, a un lado de la imagen del ‘Señor de la Misericordia’. Esta calle fue la primera en Irapuato y unía –aún lo hace- al templo de Nuestra Señora de la Misericordia donde se le veneraba originalmente (por el siglo XVI, en su segunda mitad), con el templo de Señor San José, en una simbiosis perfectamente realizada entre los templos donde se veneran a los Padres de Nuestro Señor Jesús. Esto lo comentaré en otro trabajo por ser largo.

Más ejemplos existen, pero señalaré el último y es el da la actual ‘calle o avenida Vicente Guerrero’ la que desde hacen cientos de años fue conocida con el nombre de ‘camino real de tierra adentro’ y/o ‘camino real de la plata’ porque a lo largo de ella pasaba el oro y la plata, principalmente, que se había extraído de las minas, desde Zacatecas (y más al norte, desde Arizona y Nuevo México, pasando por Durango, Fresnillo, etc.) y las extensas riquezas de las minas Guanajuato y Comanja, principal e impresionantes, pues este camino, continuaba hacia la ciudad de México pasando por puntos tan interesantes como Temascatío, Salamanca, Celaya, Querétaro para, luego, ser llevado todo ese tesoro al puerto de Veracruz donde se embarcaba hasta el puerto de Cádiz en la España Conquistadora, y de ahí, a lo largo del río Guadalquivir, arribar a Sevilla para ser distribuido, no únicamente a los dominios monárquicos sino hasta la ciudad de Roma donde, en algunas construcciones como la de la Basílica de Santa María, el artesonado del techo fue cubierto con oro proveniente de nuestras minas.

Un dato interesante. Como sabemos, Fray Sebastián de Aparicio fue el gran constructor de caminos (se dice, y sí lo creo, que el actual ‘Boulevard Lázaro Cárdenas’, igual, un absurdo el cambio de nomenclatura, su nombre anterior era conocido como ‘camino Fray Sebastián de Aparicio’) y él lo habría trazado. Lo cierto es que, fijémonos bien el trabajo que realizó; “desde Zacatecas y hasta la ciudad de México, todo el ‘camino de la plata’ que nombro, lo empedró”. Para terminar con estos comentarios, su cuerpo se conserva incorrupto en el templo de San Francisco en la ciudad de Puebla. Visítenlo. Es una pequeña gran experiencia. Si mal no recuerdo ya es beato y seguirá seguramente su camino para terminar como un gran, pobre, humilde franciscano, constructor de caminos y Santo.

En mi próximo trabajo de escritura e información de las calles de Irapuato, terminaré de platicar sobre la ‘calle de 5 de febrero’ y seguiré con la historia del ‘camino real de la plata’ o ‘camino real de tierra adentro. Como complemento, indicaré algo sobre la ‘`Vía de la Plata’ y sus connotaciones con el camino que iba desde la ciudad de Mérida, en España y hasta el increíble centro de peregrinaje, Santiago de Compostela. En este trabajo no incluyo bibliografía; lo haré en el siguiente. Como siempre, estoy a las órdenes de los grupos que quieran hacer una visita guiada por mí al centro de nuestra ciudad o que les interés una plática sobre historia, arte o algún otro que me soliciten y se encuentre dentro de mis conocimientos.

Irapuato, Gto., julio del 2017

Arq. Javier Martín Ruiz

Cronista de Irapuato

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