Una forma de planear con éxito cualquier actividad es partir de información concreta, veraz y actualizada, sobre todo cuando se trata de los sectores de prioridad nacional. El tema de niños, niñas y adolescentes es un tema de alta importancia para el país ya que éste es un sector vulnerable y en donde se requiere la participación de la sociedad entera para dar un cuidado verdadero.

El Fondo de Naciones Unidas para la Infancia, Unicef y el Instituto Nacional de Salud Pública realizaron la Encuesta de niños, niñas y mujeres, levantando datos durante el 2015 y han estado procesando los mismos por lo que ahora podemos contar con información más precisa sobre la situación en este tema.

Salud, nutrición, protección a infancia, salud reproductiva y desarrollo temprano han sido objetos de investigación y nos han reportado elementos para el desarrollo de nuevos programas a cargo de las instituciones responsables de los mismo tales como el Desarrollo Integral de la Familia (DIF).

Entre la información relevante encontramos que 8 de cada 10 niños se desarrollan adecuadamente. Pero 20% no y es ahí en donde hay que enfocar baterías para que este país tenga un desarrollo más equitativo e incluyente.

Esos números son los que hay que ir modificando, esa tendencia a la pauperización de las clases medias bajas  rescatando el sentido colectivo, de comunidad y otorgándole facilidades fiscales y sociales, previniendo los mayores problemas a los que se enfrentan las mujeres, las jóvenes, las niñas, los jóvenes en general, pero, sobre todo, ellas, que van desde la violencia hasta los abusos, pero también evitando que algunas empresas se enriquezcan con la pobreza de los que menos tienen y mayores esfuerzos tienen que hacer para sacar adelante a los suyos.

La primera infancia abarca de los 0 a los 5 años de edad y es una etapa decisiva en el desarrollo de las capacidades físicas, intelectuales y emotivas de cada niño o niña.

Es la etapa más vulnerable durante el crecimiento, pues es en esta fase, en la que se forman las capacidades y condiciones esenciales para la vida, la mayor parte del cerebro y sus conexiones.

El amor y la estimulación intelectual durante la primera infancia permiten a los niños y niñas desarrollar la seguridad y la autoestima necesarias. Para ello, su entorno y las condiciones de vida de sus familias y, en especial de sus madres, son fundamentales.

La población de entre 0 y 5 años de edad en el 2015 se contabilizó en  12,713 millones, lo que equivale al 10.6% de la población total del país. De este número, 51% son niños y 49% son niñas.

En 2014, 55.2% de los niños y niñas de entre 2 y 5 años de edad, vivían en pobreza y 13.1% en pobreza extrema. Además, 60.5% de ellos presentaba carencias en el acceso a la seguridad social y 25.8% en el acceso a la alimentación.

En cuanto a la salud, en 1990, de cada mil niños nacidos vivos, 41 morían antes de cumplir los 5 años de edad. Para el 2014, por cada mil nacidos vivos, se registraron 15.1 muertes. Esto cifra representa una disminución del 63%, sin embargo, aún es alta ya que muchas de estas muertes siguen siendo por causas prevenibles. Este es un compromiso que tenemos como nación y que se encuentra dentro de los Objetivos de Desarrollo Sustentable para el 2030.

Aunque la lactancia materna es el mejor alimento y la mejor vacuna que pueda existir, en México, en 2012, sólo el 38% de los recién nacidos fueron alimentados con leche materna durante la primera hora de vida, y tan sólo 14% recibieron leche materna exclusiva durante los primeros 6 meses, la tasa más baja en toda América Latina. En este parámetro se ha avanzado porque la Encuesta 2015 reconoce que la lactancia materna exclusiva durante 6 meses ascendió al 35%; quiere decir que sí podemos avanzar en los objetivos.

En otros datos, según la última encuesta de adicciones hay un incremento altísimo del consumo de alcohol entre las y los adolescentes, pero también que el número de jóvenes que han consumido drogas en los últimos cinco años se ha duplicado: hasta el año pasado 7.4 millones de adolescentes consumían o habían consumido alguna droga. La cifra es, especialmente, alarmante entre las mujeres adolescentes: entre ellas el consumo creció un 222 por ciento en cinco años. Y según lo que, publicado en diarios nacionales, basado en esta encuesta de Unicef, el 69 por ciento de los hogares educa, es un decir, a sus hijos ejerciendo alguna forma de violencia lo cual es muy preocupante pues no es alentador para un futuro menos violento. Estos son algunos de los hallazgos de esta información que nos debe poner alerta porque las generaciones adultas debemos modelar a las siguientes para beneficio de todas y todos, más información está en la página de Unicef para su consulta.

 

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