Uno de los temas que me interesa sobre manera es el de la formación de vínculo desde el nacimiento, así que perteneciendo a la Red Estatal de Prevención de Discapacidad al Nacimiento, ha sido un tema recurrente en el interés de las relaciones favorecedoras de este, tan necesario, lazo de unión que genera una gran cantidad de beneficios tanto para la salud en general y sobre todo para la salud emocional-afectiva y la posibilidad de dar las mejores condiciones a las y los bebés para el más alto disfrute de sus condiciones y su salud.
Como parte de esta  vinculación encontramos que es fundamental la lactancia materna, eso que la naturaleza nos da y nos define como inicialmente mamíferos, no en balde dentro de los tres cerebros que tenemos: el Reptiliano (que se encarga de la sobrevivencia); el segundo que precisamente se llama Límbico o Mamífero (que relaciona todas las actividades emocionales afectivas) y la reina de las funciones: la Corteza Cerebral en donde están las actividades de pensamiento, raciocinio, en fin las que consideramos funciones superiores del ser humano.
Las prácticas óptimas de lactancia materna benefician a todas las madres y los niños, independientemente de dónde viven o de su nivel de bienestar económico. En particular, se considera que la lactancia materna exclusiva es la piedra fundamental de la supervivencia y la salud infantil. Proporciona todos los nutrientes necesarios para el crecimiento durante los primeros seis meses de vida, y  también la protección frente a muchas enfermedades infantiles que ponen en riesgo la vida, y protege frente a algunas enfermedades no transmisibles más tarde en la vida. La lactancia materna contribuye al desarrollo del niño, al logro educativo y al bienestar económico familiar y de la sociedad.
La lactancia materna tiene muchos beneficios, y sin embargo, en el mundo actual no hay un ambiente favorable para que las madres amamanten. Para sensibilizar y contribuir al cambio, el tema de este año de la Semana Mundial de la Lactancia Materna, que se celebra del 1 a 7 de agosto,  es “Juntos podemos hacer sostenible la lactancia materna”.
Cuando pensamos en la lactancia materna, pensamos en la madre y su bebé;  sin embargo, la lactancia materna exitosa depende de un esfuerzo colectivo, ya que las razones por las que una mujer no amamanta a su bebé son múltiples. Por tanto, todos tenemos un papel que desempeñar, desde los miembros de la familia hasta los encargados de formular políticas.
La lactancia materna ha sido vista durante mucho tiempo más como una cuestión del ámbito personal que como una responsabilidad social colectiva. Sin embargo, las prácticas de lactancia están influenciadas por factores que van más allá de su alcance. Por ejemplo, las mujeres enfrentan obstáculos para amamantar debido a la limitada o inexistente protección de la maternidad, así como por la implacable promoción y comercialización por parte de la industria de otras fórmulas industrializadas de la leche materna.
El trabajo colectivo a todos los niveles podría acelerar el cambio necesario para hacer realidad el derecho de cada bebé a ser amamantado y el de cada mujer de amamantar sus hijos en las mejores condiciones y sin que represente una acción que genere vergüenza, sino al contrario, que la comunidad premie a las madres lactantes ya que cuidan de sus bebés y favorecen la salud particular de ellos y de la sociedad que tendrá también más competencias para vínculos afectivos en el que se privilegia el amor.
La OMS (Organización Mundial de la Salud) propone algunas iniciativas y estrategias que se pueden impulsar para lograrlo son:
• Fomentar actitudes sociales positivas al abordar las percepciones erróneas sobre la lactancia materna y considerar la lactancia como una norma social.
•Demostrar voluntad política incorporando la lactancia materna en programas para promover la salud materno-infantil y el desarrollo infantil, y prevenir las enfermedades no transmisibles e invertir en esos programas.
•Proteger la lactancia materna frente a la promoción agresiva de sucedáneos de la leche materna mediante la promulgación y el monitoreo del Código Internacional de Comercialización de Sucedáneos de la Leche Materna (Código).
•Apoyar la lactancia en el lugar de trabajo, con la ratificación de la Convención 183 de la OIT (Organización Internacional del Trabajo).
•Asegurarse que todos los servicios de maternidad cumplen con la iniciativa de Hospitales Amigos del Niño.
Estas acciones nos corresponden a todas y todos, no es algo que es sólo de las lactantes, la salud mental requiere de comunidades comprometidas con el logro de mejores condiciones. Es un compromiso social y se requiere de nuestra participación.

¡Por la Construcción de una Cultura de Paz!

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