Cuando se piensa en educadores, suele venir a la mente el nombre de pedagogos célebres, como Sócrates, Rousseau, Freire, y el de  muchas estrellas académicas autoras de libros de texto en las escuelas formadoras de maestros. Estamos hablando del elenco oficial de consagrados que, en el caso de México, incluye a Enrique Rébsamen, Manuel Ignacio Altamirano, Rafael Ramírez, Pablo Latapí y Gabriel Cámara. Sin embargo, hay un personaje marginal que, desde espacios marginales se configuró como una de las presencias educativas silenciosas más importantes y con mayor impacto social de la segunda mitad del siglo pasado, y de los cinco primeros lustros del presente siglo. Nos referimos al recientemente fallecido Eduardo del Río, mejor conocido como Rius. Para quienes no lo conocieron, habría que decirles que fue el creador del cómic didáctico, de la historieta pedagógica, al combinar texto, con humor y con  dibujos para desarrollar temas de cultura general, políticos, de salud y de crítica social, logrando con ello, captar lectores y cebarlos en la lectura provechosa. Fue el autor de la exitosísima historieta “Los supermachos”, la cual alcanzó un tiraje semanal de 250 000 ejemplares que se vendieron en su totalidad. Debido a su contenido de crítica política, el editor de la revista, presionado por el gobierno, le quitó los personajes a Rius, quien se vio obligado a fundar un nuevo cómic, al cual bautizó como “Los Agachados”. Este último comic es la clave para entender la gran producción editorial de Rius. En esta revista, Rius abordó, de 1968 a 1981, todos los temas imaginables: política, religión, sexo, música, futbol, economía, filosofía, historia, ecología, vegetarianismo y naturismo, física, etc. Con esto, formó una fuente de material importante, el cual recurrentemente utilizaba, revisándolo y corrigiéndolo, para hacer sus libros. Se puede afirmar que el 20 por ciento del material utilizado en los libros de Rius se publicó previamente en “Los Agachados” o tuvo su origen basándose en algún ejemplar del mismo. Publicó más de 130 libros, entre cuyos títulos se cuentan los siguientes: La panza es primero,  No consulte a su médico, El yerberito ilustrado, La trukulenta historia del kapitalismo, La revolución femenina, Dominó para principiantes, Economía para ignorantes (en economía), La interminable conquista de México, Guía incompleta del Jazz, 100 plantas que se comen, Filosofía para principiantes, La cultura no muerde, ¿De dónde vienen los niños?, El fracaso de la educación en México, El pan y otros males, El amor en los tiempos del SIDA, ¿Quién ganó la revolución mexicana?, Publicidad, televisión y otras porquerías, y otros más. Esta muestra de los títulos de los libros que publicó permiten observar la gama tan amplia de intereses que movían su incesante curiosidad y, de la mano de lo anterior, el variado espectro de temas relevantes que comunicaba a sus lectores. Rius fue, por ello, un educador social que dedicó su vida a difundir los temas que consideraba necesarios para cubrir las necesidades culturales de una población analfabeta funcional, y los diseminó en un formato amigable para quienes, sabiendo leer, no leían libros, pero sí sus historietas y sus cómic libros. Rius fue un caricaturista, que contribuyó grandemente a la educación política y sentimental de los mexicanos. Es por ello que es un ejemplo de lo que puede lograr un educador social creativo.

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