¿Están viendo y no ven?
Cinco meses después de la elección que derivó en la presidencia de Andrés Manuel López Obrador, lo mejor que se le ocurrió al PAN fue publicar un video en el que ya no solo compara a AMLO con Hugo Chávez o Nicolás Maduro.
El blanquiazul escaló el mensaje contra el presidente y ahora lo ubica al nivel de tiranos como Stalin o Hitler e incluso del líder norcoreano Kim Jong-un.
La transición del Presidente tuvo sus tropiezos y la oposición —me centraré en el PAN, porque el PRI está en ruinas, aunque de alguna manera se reposicionará— no fue capaz de construir mecanismos para convertirse en un actor real de contrapeso ante la aplanadora que representa el gobierno que ya está en marcha.
La cancelación del aeropuerto de Texcoco —ahora en stand by por la estrategia oficial para no dinamitar la confianza y el riesgo de inversión en el país—, las consultas, los dichos de Taibo II sobre la forma en que llegó al Fondo de Cultura Económica (FCE), los señalamientos de Félix Salgado Macedonio respecto a la postura de algunos gobernadores ante los delegados en los estados, las dudas sobre si el presupuesto de egresos alcanzará para echar a andar todo lo prometido en campaña… y muchos etcéteras, no fueron debidamente confrontados ni por el PAN ni por Movimiento Ciudadano, aliados y no aliados en la elección de julio pasado, porque el Frente no terminó de cuajar y ahora el contrapeso al poder parece que no vendrá de los partidos, sino de la iniciativa privada, quizá aliada a algún partido y/o a algunos medios de comunicación.
El problema no es la ausencia de contrapesos, mismo que ya conocíamos, sino la falta de visión del nuevo liderazgo panista e incluso emecista, para aprender a comunicar lo que se puede hacer mejor o incluso lo que no debería hacerse en la llamada Cuarta Transformación, pensando en el bien común, que es el de la mayoría, incluido lo que no contempla el gobierno obradorista, pero que puede y debe ser señalado por la oposición, de forma inteligente, puntual e incisiva.
El PAN no puede, no debe estar satisfecho con mantener la retórica de odio de la campaña presidencial. Se espera debate, argumentos, análisis, información. Es lo menos que se anticiparía de un partido que llegó a tener expectativas de victoria.
Efectivamente Andrés Manuel López Obrador ganó con el 53% de los votos, ¿pero y quién representará al resto?
En una democracia, el papel de la oposición es clave. Así como México, según López Obrador, puede encarar un cambio de régimen —ya lo veremos—, la oposición debería plantear una lógica de supervisión y hasta fiscalización implacable al gobierno entrante: una nueva oposición, de categoría.
Empezar con ese video que desde mi punto de vista está al nivel de la campaña presidencial de Felipe Calderón en 2006, me parece un desacierto total, cuando se palpa que existen millones de mexicanos contrariados con lo que representa AMLO, así como existen millones también felices con su llegada.
Repito: ¿acaso el PAN no ve?, porque Morena parece sí tener claro por qué ganó y qué hacer para quedarse.
Estoy seguro que el gallo ‘moreno’ está esperando un rival de altura en el corral. Me lo dijo AMLO en su primera rueda de prensa mañanera en Los Pinos, a pregunta expresa de Quinto Poder.
Y por último, un deseo, ojalá, sinceramente, termine esta espiral de encono y polarización, que nada aporta a nuestra cotidianeidad, porque lamentablemente, en la cultura de la corrupción y la descalificación, participamos todos, por decisión propia o por omisión.
El autor es Director Editorial de Quinto Poder y colaborador de AM en la Ciudad de México.
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