En su segundo discurso sobre el Estado de la Unión, el presidente estadounidense Donald Trump abordó el tema del aborto tardío que ampara una nueva ley en el estado de Nueva York.
El Senado de este estado aprobó el 22 de enero el Acta de Salud Reproductiva (RHA) que permite el aborto durante todo el embarazo. El RHA pretende ampliar el acceso al aborto en todo el país.
Trump defendió la vida con frases como: “Todos los niños, nacidos y no nacidos, están hechos a la santa imagen de Dios… Estos son bebés hermosos que viven y sienten y que nunca tendrán la oportunidad de compartir su amor y sus sueños con el mundo”.
Por desgracia estas frases no son argumentos para convencer a personas ateas por hacer alusión a Dios o a personas indiferentes a que los bebés tengan oportunidad de realizar sus sueños. Lo que sí puede ser convincente es la invitación de Trump: “Trabajemos juntos para construir una cultura que valore la vida inocente& Para defender la dignidad de cada persona, le pido al Congreso que apruebe la legislación que prohíba abortos tardíos de niños que pueden sentir dolor en el vientre de la mujer”.
Lo que resulta insensible e inhumano es la declaración de Ralph Northam, gobernador de Virginia, quien expresó abiertamente la posición demócrata sobre el aborto, diciendo que no hay obligación de proteger la vida de un niño que sobrevivió a un aborto cuando obviamente no era “querido”.
Northam dijo a una estación de radio que si una madre está en trabajo de parto, el bebé nace, se le arropa, se le entrega a la madre y su vida dependerá de la decisión de ésta conjuntamente con su doctor.
Por desgracia las inhumanas declaraciones de Northam no impactaron a los demócratas del estado de Virginia y permanecieron indiferentes ante el destino anunciado que tendrían los bebés sobrevivientes de un aborto fallido.
Pero cuando una foto en la que aparecen dos estudiantes, uno con la cara pintada de negro y el otro con un disfraz del Ku Klux Klan, y en la que inicialmente se creía que uno de los dos era Northam, se dejó venir una avalancha de descalificaciones en su contra condenándolo por racista. Una foto de hace décadas provoca la furia de los defensores de los derechos humanos y contra la discriminación y para el infanticidio ninguna atención, ninguna objeción.
Un niño que nace vivo, sobreviviendo a un aborto, tiene el mismo derecho que cualquier otro ser humano a la protección de la ley. El derecho a la vida es también derecho de los más indefensos que se encuentran en el vientre de su madre o que recién salieron de ella.
La ley presenta el aborto como si fuera un asunto privado, dependiendo solamente de la decisión de la gestante. La decisión de eliminar una vida humana es calificada una y otra vez de asunto personal, en el que nadie podría intervenir: ni el padre del que va a nacer, ni los padres de una menor embarazada, ni el Estado.
En México, el partido de Morena presentó iniciativas en la Cámara de diputados para reformar la Constitución Política y las leyes secundarias para reconocer el derecho de las mujeres a abortar.
Porfirio Muñoz Ledo, legislador de Morena, plantea incluir en el artículo 4 constitucional el concepto de “autonomía reproductiva”, que aunque tiene puntos que exigen atender la salud sexual y reproductiva, también incluye el aborto como servicio.
Ante la decisión de Nueva York y otros estados de legislar el aborto hasta el momento del nacimiento, grupos Provida preparan realizar ecografías en vivo en monitores y pantallas en Time Square el 4 de mayo en un evento llamado “Faith Nation”, con la finalidad de sensibilizar sobre la vida en el vientre de la madre, ya que la tecnología 4-D permite ver a la perfección la imagen de la criatura.