Al parecer, la palabra feminista se ha sumado a aquellos temas que no puedes comentar en público. Religión, política, futbol y feminismo, BYE. Y desde siempre no lo he entendido. ¿Por qué tendría que haber polémica decir que soy feminista entre un grupo de personas? 
Etimológicamente hablando es como decir: “Estoy de acuerdo con que las mujeres sean iguales que los hombres”. Decir que no eres feminista sería un: estoy de acuerdo con la desigualdad de género. Me da igual que haya subtemas (atención en el sub) en los que no estemos de acuerdo, hay una lucha gigante que debe ser ganada. Y evadiendo el tema se logrará nada. 
Porque hay una realidad. A la mayoría de las niñas se les dice que son débiles. Que si son “guapas” la vida se encargará de inventarles complejos. Que si son fuertes deberían disimular. Que si tienen iniciativa son mandonas. Que si tienen unas metas descuidarán “otras”. Que si tienen carácter nadie las querrá. 
Y a pesar de eso, soy de un bajo porcentaje que no tuvo problemas en estudiar una carrera, que en su casa no encontró maltrato, que en las calles no encontró un abuso. No porque yo no lo haya vivido, no significa que eso no exista. Porque alguien sí encontró maltrato, sí fue abusada, sí fue asesinada. Por ellas y por mí, esta lucha es mía. 
Camino al trabajo escuchaba una entrevista a Paula Bonet, una artista feminista que inspira de aquí a la luna. Ella decía que, durante un tiempo, dibujaba muchas mujeres mudas. Sin boca. Sin palabras. Sin una lucha. La razón la dijo muy clara: “Tenía miedo a equivocarme”. La entendí perfectamente.
Tener miedo es un estado constante en nosotras. Miedo en la calle, miedo en el trabajo, miedo en las reuniones. Miedo de decir algo que es verdad. De destacar una injusticia. De decir que ese chiste es una mierda. De ser juzgadas. De gritar. Y para mujeres mudas, la historia ya tiene lo suyo. 
Para mí el feminismo lucha en contra de los feminicidios. Lucha por la igualdad salarial. Lucha por el respeto en las RRSS, en el escritorio, en la intimidad. Lucha por la libre expresión de lo que una mujer quiere hacer con su vida.
Y si una mujer, por una razón que sinceramente no puedo comprender, dice que esta lucha no es suya. Si un hombre dice que esto no va con él. Pues, tranquilas, cada vez somos más las que lucharemos por todas. Por las jóvenes que estudian para conseguir valerse por sí mismas. Por todas las mujeres que lidian con el mansplaining, los videos denigrantes, los chistes machistas, las trabas de siglos de “calladita te ves más bonita”.
Y es que hay una verdad que las personas que hablan abiertamente del tema la hacen más evidente: el arte, la economía global, las relaciones internacionales, el deporte, la sociedad, la historia, la ciencia, la vida& tiene una versión femenina. 

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