El veinte de julio de 1969 Neil Armstrong deja la huella humana en la Luna. Más de quinientos millones de televidentes presenciaron este acontecimiento y escucharon las famosas palabras: “That”s one small step for a man, one giant leap for mankind” (este es un pequeño paso para el hombre pero un gran salto para la humanidad). Los astronautas de la misión Apolo 11 trajeron rocas lunares a la Tierra y dejaron instrumentos para estudiar el suelo lunar y el viento solar. 

También dejaron un espejo usado para medir con alta precisión, usando láseres, la distancia entre la Tierra y la Luna. Posteriores misiones Apolo dejaron muchos otros instrumentos científicos. Vale recordar que el haber llegado a la Luna es un logro que festeja numerosos logros científico-tecnológicos, e.g. las leyes del movimiento y de la gravitación, la aeronáutica, las reacciones químicas usadas en la propulsión de cohetes, la teoría y tecnología de las comunicaciones electromagnéticas y muchísimos otros.

Centenario de la validación experimental de la Teoría General de la Relatividad

La teoría general de la relatividad de Albert Einstein publicada en 1915 hizo la sorprendente predicción de que la luz de las estrellas al pasar cerca del Sol sería desviada debido al campo gravitacional del Sol. La física de Newton jamás podría explicar una observación de esta naturaleza y por tanto toda la comunidad científica del mundo esperó con interés los resultados de la expedición que el astrofísico británico Arthur Eddington realizó a África en mayo de 1919 para realizar cuidadosas observaciones durante un eclipse solar.  Los resultados de las observaciones confirmaron las predicciones de Einstein y de este modo aún los más férreos opositores a la teoría de la relatividad debieron de aceptar la evidencia observacional.  Actualmente esta teoría ha sido validada por muchas otras observaciones y experimentos.

Ciento cincuenta aniversario de la Tabla Periódica de los elementos

El filólogo alemán Theodor Benfey señaló que la tabla y la ley periódica: “Son el corazón de la química, comparables a la teoría de la evolución en la biología y a las leyes de la termodinámica en la física clásica. Dimitri Mendeleev identificó y publicó en 1869 un principio para clasificar los elementos químicos: Al clasificarlos por su peso atómico, los elementos con propiedades similares ocurren en intervalos (periodos) regulares”. A partir de este principio creó la primera tabla periódica de los elementos, que es uno de los más importantes logros de la historia de la ciencia en general y de la química en particular.  Con extraordinaria intuición científica y a partir de su tabla periódica Mendeleev predijo la existencia de numerosos elementos químicos que entonces eran desconocidos y que efectivamente fueron posteriormente descubiertos.

Muchos filósofos de la ciencia se han preguntado qué es lo que hace que algunas teorías científicas sean aceptadas y tengan un notable éxito y otras no. Una de las características de las teorías científicas exitosas es la sorprendente e inesperada predicción de hechos que nadie imaginaba ni creía siquiera posibles. La teoría de la relatividad es un ejemplo notable pues nadie había imaginado antes de Einstein, que un campo gravitacional pudiera desviar la trayectoria de un rayo de luz. Otro ejemplo es la Tabla Periódica de los elementos, la predicción de Mendeleev de elementos aún no conocidos y su posterior descubrimiento fue suficiente para otorgarle a Mendeleev y a su Tabla Periódica notoriedad y aceptación científica universal.

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