Los ciudadanos de Baja California eligieron a un gobernador para ejercer un encargo por 2 años, pero el Congreso quiere cambiar el mandato de las urnas.
Ese sería un precedente vergonzoso para México. Permítame repetirlo: sería un precedente VER-GON-ZO-SO para México.
Seguramente usted ya ha leído las justificaciones burdas de funcionarios federales, no leales, sino “queda bien”, a la causa de Morena.
Lo que ocurrió en Baja California, con el respaldo de legisladores supuestamente de oposición, incluidos los del PAN es una de las peores aberraciones que he visto. Y mire que tengo buena memoria sobre lo que son capaces de hacer los llamados integrantes de la “clase política”.
El presidente López Obrador, debería escuchar a los leales (conozco a varios), que no a los “queda bien”, y posicionarse en contra de ese despropósito.
Lo que se votó en las urnas, debe respetarse.
Los que mandamos, somos los ciudadanos, en este caso, los de Baja California.
No se puede permitir, no más, que los acuerdos cupulares permitan que un funcionario, por sus pistolas, o por las pistolas de legisladores agachones o con urgencia de saltar como chapulines, pretendan violentar la democracia.
Jaime Bonilla ganó la elección en Baja California y eso lo legitimó. Pero el Legislativo de ese estado, con su silencio y argumentos cómplices, lo deslegitima antes de asumir el cargo. ¿Qué necesidad tiene de ello?
¿En qué casos existe o no la separación de poderes?
¿Cuándo sí debe ser respetado el voto y cuándo no?
Si lo mismo ocurriera en un estado donde Morena no es mayoría, ¿el Presidente también habría evadido el tema como lo hizo?
Dudo mucho que AMLO quiera hacer una prueba en Baja California, (como ya lo vaticinan los opinólogos y profetas que decían que José Antonio Meade ganaría la elección), con la intención de, luego, perpetuarse en el poder, al estilo de Hugo Chávez o Fidel Castro.
Pero la señal es pésima por una sencilla razón: el voto en las urnas DEBE ser respetado.
Las tentaciones, a largo plazo, terminan mal. Ejemplos sobran.
¿Por qué lo complican todo, señor@s polític@s?
Señor Bonilla: dos años, sí; un lustro, NO.
El autor es Director Editorial de Quinto Poder y colaborador de am en la Ciudad de México.
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