Ahora que las escuelas están en periodo vacacional las calles se encuentran despejadas y los recorridos que antes tomaban casi una hora, sin el congestionamiento se hacen en 15 minutos. Se siente una movilidad tranquila, amable y fluida. ¿No podríamos tomar medidas para que esta circunstancia continúe?

Platicando el tema con una señora me decía que un grupo de mamás se estaba poniendo de acuerdo para hacer ronda para llevar a sus criaturas a la escuela y una mamá se disculpó diciendo que su hijo quería que ella lo llevara y recogiera y ella se mostraba dispuesta a complacerlo. Entiendo que haya mamás consentidoras, pero hay que tener una actitud más consciente y solidaria para disminuir la problemática que ocasiona la inmensa cantidad de coches que llevan y traen estudiantes. El problema no es sólo de caos vial, sino también de contaminación al medio ambiente.

El transporte colectivo tiene ventajas para los niños y niñas. Varias amigas han comentado que sus mejores experiencias escolares las vivieron en el autobús de la escuela. Entre las ventajas está la oportunidad para socializar con los compañeros, ya que el contacto diario permite hacer amistades y forjar un sentido de pertenencia y de integración. Además, se empieza a desarrollar una independencia favorecedora para el desarrollo del infante. Así también se crea una conciencia de comunidad e integración social y se fomenta la responsabilidad de estar a tiempo y del cuidado de la mochila y de sus pertenencias escolares. Podríamos agregar también que las chicas y los chicos llegarían al colegio con más tranquilidad sin padecer el estrés de la mamá o papá que se angustia por el tráfico ante la probabilidad de llegar tarde y no le permitan la entrada a los chiquillos.

El tráfico vial es cada vez más pesado. Se construyen más calles y distribuidores viales que debido al crecimiento de la ciudad no son suficientes y son rebasados por el incremento de vehículos. Es necesario tomar medidas e implementar un programa de transporte escolar que mejore la situación vial y cuide el medio ambiente.

En la CDMX se hizo obligatorio el transporte escolar en zonas donde la situación vial estaba muy congestionada. Desde el 2009 empezaron con 10 escuelas privadas y posteriormente fueron aumentando. Se contemplaron casos de exención como la discapacidad y casos especiales de logística familiar incompatible. Según reportes, el programa dio como resultado inmediato la disminución de monóxido de carbono y los vehículos avanzaban con mayor fluidez.

El alumnado de colegios particulares pagaba una cuota extra a la escuela por el servicio de un transporte confiable, cómodo y limpio. Se les hizo ver a los padres y madres de familia que esa cuota podría significar un ahorro en gasolina y no sería un gasto más.

En algunas ciudades de la República se ha implementado el transporte escolar gratuito para escuelas públicas, ya que había estudiantes a quienes les quedaba muy retirado el centro de enseñanza y les resultaba difícil asistir, tal es el caso de Campeche.

Otras ciudades como Juárez  implementaron un programa de transporte escolar gratuito para ofrecer seguridad y comodidad a  estudiantes de enseñanzas medias y preuniversitarias, con el fin de prevenir algunos de los riesgos a los que se enfrentaban  las y los jóvenes en su camino a clase, como asaltos criminales, acoso sexual, agresiones psicológicas, incitación al consumo de drogas. Algunos de los beneficios que el programa ha conseguido es que las alumnas y  alumnos lleguen puntuales al colegio y los padres están más tranquilos con la seguridad que el transporte brinda.

Dentro de la planeación urbana de una ciudad debe incluirse una estrategia de movilidad sustentable y de calidad del aire. El gobierno debe implementar programas para que se cumplan los objetivos, pero la responsabilidad del cuidado del medio ambiente es de toda la sociedad.

Leave a comment

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *