Hace medio siglo el Apollo 11 despegó de Cabo Cañaveral llevando a los astronautas Neil Armstrong, Buzz Aldrin y Michael Collins a la Luna. Este fue el primer viaje real a la Luna, sin embargo como T. Siegfried mostró en “Science News”, en la literatura de ficción los humanos ya habíamos visitado la Luna muchos siglos antes.
El escritor sirio Luciano de Samosata alrededor de 120 DC escribió su “Vera Historia” en donde narra un viaje en el mar en el que debido a una tormenta un chorro de agua eleva su barco al cielo alunizando después de siete días de viaje en la Luna. Allí describe “le cose nuove e straordinarie che osservai durante l”intervallo del mio soggiorno sulla luna” (las cosas nuevas y extraordinarias observadas durante el tiempo de mi viaje a la Luna). Luciano y sus compañeros encontraron una Luna llena de cosas extrañas como enormes formas de vida, por ejemplo una pulga del tamaño de una docena de elefantes.
Otro ejemplo es la obra “Somnium” del astrónomo Johannes Kepler publicada en 1634, cuatro años después de su muerte. En realidad Kepler no imaginó volar a la Luna sino que transcribe un sueño en el que un demonio describe a los habitantes de la Luna. Poco después, en 1638, el escritor inglés Francis Godwin publico la novela “The Man in the Moon” en donde describe las aventuras de un español llamado Domingo González quien entrenó a un grupo de cisnes para portar arneses y llevarlo volando de viaje. Describe un viaje de doce días hasta la Luna en donde encuentra una sociedad con habitantes extraordinariamente altos, sin enfermedades, crímenes ni abogados.
Aproximadamente al mismo tiempo otro inglés John Wilkins escribió “Discurso sobre un nuevo mundo y otro planeta” en donde se discute la posibilidad de visitar la Luna. Wilkings argumenta que el aire entre la Tierra y la Luna no necesariamente es tan fría y delgada como se había supuesto, y que alguna tecnología futura le permitiría a los humanos llegar allá ya sea colocando alas o volando en la espalda de una gran ave. Si estas dos alternativas no son posibles se podría eventualmente diseñar una carreta voladora.
Otro caso es el del norteamericano George Tucker quien en 1827 escribió “A voyage to the Moon” donde describe un viaje a la Luna en una capsula de cobre utilizando el elemento “lunario”, un metal antigravitacional ficticio que es repelido por la Tierra y atraído por la Luna.
Posteriormente Julio Verne publicó su obra, “De la Tierra a la Luna” en donde una capsula es propulsada a la Luna usando un poderoso cañón. Este libro cuyo título original es: “De la Terre à la Lune Trajet direct en 97 heures” fue una novela publicada en el “Journal des débats politiques et littéraires” en veintiocho capítulos entre el 14 de septiembre hasta el 14 de octubre de 1865, y como un solo volumen el 25 de octubre de ese mismo año. Aún ahora resulta sorprendente la precisión técnica y científica de muchos datos contenidos en esa obra.
El escritor inglés Francis Godwin publico la novela “The Man in the Moon” en donde describe las aventuras de un español llamado Domingo González quien entrenó a un grupo de cisnes para portar arneses y llevarlo volando de viaje. Describe un viaje de doce días hasta la Luna en donde encuentra una sociedad con habitantes extraordinariamente altos, sin enfermedades, crímenes ni abogados.