Diría Campoamor que todo es según el color del cristal con que se mira, sin embargo en ocasiones y más al tratarse de política, la realidad es tan clara que nos llega al cerebro y pasa a lo que algunos llamamos conciencia, directamente.

En esas circunstancias está claro que durante siglos hemos padecido todo tipo de autoritarismo.

Tal concepto no requiere ser definido supuesto que quien lo experimenta, con alta, mediana o escasa cultura política, se da cuenta que la manipulación está sobre su naturaleza cívico-social.

Empero para que nadie suponga que creamos conceptos e imaginamos situaciones, vamos a documentar el principio en un diccionario, el de Política y Administración Pública, que en su página 144 del primer tomo define: “En sentido amplio calificación aplicada a cualquier régimen no democrático. Por extensión se aplica también a regímenes democráticos que conceden un poder fuerte al Jefe de Estado”.

En ese contexto doctrinario hemos de advertir que los empeños de Morena, por seguir en la presidencia de la Cámara de Diputados, no mostraron más que el apetito de continuar dominando todo el escenario, incluido el legislativo. Autoritarismo puro.

Existe un acuerdo para que la presidencia de la C. de D. sea rotativa; un año para cada fracción. En el período que se inicia el primero de septiembre, le corresponde al PAN presidir.

Hubo cabildeos, maniobrismo operacional a grado que esa moderna lideresa oficialista, Dolores Padierna ventiló, sin rubor y sin escrúpulos, que Morena debía seguir en la primera silla. 

No dijo si con Porfirio Muñoz Ledo en la actividad principal, porque la criada les salió un poquito respondona, con motivo del maniobreo servil hacia los dictados del régimen norteamericano; pero el continuismo de Morena era evidente para arropar totalmente el primer informe de López Obrador, en esa denominada “alta tribuna”.

No le garantizaba al partido oficial la mayoría con que cuenta allí; quería todo.
Como se advierte que no se pudo darle esquinazo al panismo, luego entonces ya se definió que el informe será entregado por la Secretaría de Gobernación. 

Allí apoco ella escucha o no a los representantes de los partidos, que lanzarán sus hojas al viento ya que los juicios, planteamientos o severas críticas que emitan, podrán tener respuesta de morenistas y sus serviciales, con exabruptos o sea ataques sin fundamento suficiente; pero de que el informante dé una respuesta… eso nada más no.

El Presidente reunirá invitados especiales en Palacio Nacional. Desde allí emitirá un mensaje a la Nación. 

Ya desde ahora se entiende que no habrá autocrítica, supuesto que los regímenes autoritarios no reconocen errores y menos cuando se tiene un apoyo absoluto de la mayoría de una u otra forma controlada.

Si Morena pretendió comerse todo el pastel, por el sexenio, en la Cámara de diputados, es de entender que preparan alguna gigantesca maniobra para continuar con el dominio absoluto en un futuro no lejano. Pueden proponer y aprobar. ¡Muera eso que se conoce como rotación!

Lo de Baja California Norte fue un ensayo, pésimamente operado y con el ribete degradante (se asegura) de compra de votos en donde se involucraron todos los partidos. 

Aquí hemos de lamentar la baja o escasa calidad moral de esos diputados que aunque sean corridos de sus organismos y queden maiciados o manchados, podrán seguir como afilados. 
¿Por qué lo afirmo? Veamos: Se les retiran sus derechos al interior de sus organismos, con un juicio sumario en donde no habrá pruebas sino cargos de rumoreo o “se dice”.

Luego los  expulsados, en caso que así suceda, podrán recurrir a las instancias jurídicas del caso. Un tribunal, al no tener a la vista pruebas condenatorias, porque son como la Llorona, que nadie la ha visto, les re-instalará en sus partidos. Retornarán triunfantes.

Mientras tanto el Gobernador que va por tres años más, va a demostrar a la faz de México, que sí se puede.

En el caso de Baja California Norte hay mucha truculencia entre jurídica y política por lo que el caso se va a seguir hasta agotar existencias legales o legaloides, para demostrar lo que se puede con el auxilio del llamado “poderoso caballero”.

Con ese antecedente fresco aún, andando el tiempo o sea en su momento, se verá si el pueblo bueno y sabio alza la mano para aprobar, por inmensa mayoría, que siga el autoritarismo; éste no morirá.

En tanto la democracia aguarda el franqueo de puertas para entrar.

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