Me contestó, mientras íbamos en un Mercedes Benz negro cruzando el muro de Berlín: ´Te invito a tomar una botella de vino tinto en los primeros seis meses de 2007, aquí mismo en Berlín, tú y yo solos, para celebrar mi nueva encomienda como presidenta de la República”. Se sentía muy segura, no existía la menor duda en ella, cuando hablaba de esos temas se apartaba completamente del mundo real”, Carlos Ahumada (Refiriéndose a Rosario Robles).

 

Leer el libro “Derecho de Réplica”, donde Carlos Ahumada cuenta su versión de los líos en que se metió después de entregar dinero a René Bejarano es como internarse en una serie de Netflix

A Ahumada lo conocí alguna vez que visitó el periódico cuando compró el Club León. Blazer azul, camisa desabotonada y una seguridad en sí mismo exagerada, casi despótica. Visitaba a mi padre (q.e.p.d.) por algún proyecto que tenía entre manos. 

Le comenté a Papá que no me daba buena espina. Supe que había comprado la oficina de una empresa llamada Acción, de bienes raíces en la avenida Revolución, un edificio sobresaliente que había sido diseñado con lujo y los mejores acabados por Antonio Gutiérrez Cortina, presidente de esa corporación. 

También viene a la memoria un helicóptero amarillo posando suave sus patines en el empastado del Estadio León. Una cancha convertida en helipuerto exclusivo para el nuevo dueño del equipo. Ahumada tenía prisa y no desperdiciaba el tiempo en aviones de línea, ni siquiera en su jet particular que tanto fruto le daría con los dirigentes del PRD. De punto a punto llegaba a supervisar al León. 

El argentino nacionalizado mexicano había escalado con su propio esfuerzo el éxito económico a través de múltiples empresas. Cuenta que lavó autos, tuvo taxis y carros de “hot dogs” y se había dedicado a la minería para después participar en la obra pública del entonces D.F.  Era lo que hoy se dice un “natural” para relacionarse y negociar.  

Su empresa y recursos crecieron al ritmo de su influencia en personajes del PRD, particularmente Ramón Sosamontes y Rosario Robles. La obra pública dirigida a contratistas cercanos es la principal fuente de riqueza de muchas constructoras en México. El grupo Quart, de Ahumada se benefició de esa relación íntima con Rosario y el PRD aprovechó sus recursos en especie y efectivo. 

Hasta que los videos con fajos de billetes entregados a Bejarano reventaron sus empresas.

Sin advertirlo, Ahumada había destapado una lucha interna y externa que lo arrollaría. Dentro del PRD soltó los demonios de sus tribus divididas. Encendió al entonces gobernante del D.F., Andrés Manuel López Obrador, y aceleró a sus enemigos, personificados en Carlos Salinas y Diego Fernández de Cevallos. Pagó con tres años de cárcel las irregularidades que se le imputaron. Rosario resucitó después del escándalo sentimental y fue encargada de la política social de Enrique Peña Nieto. Durante su administración se desviaron miles de millones de pesos que serían para aliviar la pobreza. Rosario, 7 años mayor que Carlos, se encuentra recluida en Santa Martha Acatitla y su amigo de aventuras reposa tranquilamente en su casa en Argentina después de ser liberado por un juez. En un mensaje de WhatsApp, su hija Ana Lucía le comunica a Ciro Gómez Leyva “hola, Ciro, el que miente es Radio Centro. Estoy muy feliz de estar con mi papá y ojalá dejen de seguir cometiendo injusticias con él y con todos nosotros. Por favor ya déjenos vivir en paz”. (Continuará)

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