Ante la incertidumbre creada por la nueva administración federal, ante las decisiones irracionales en la economía y el cambio a la baja en los salarios y el despido de los más capacitados funcionarios públicos, ¿qué puede hacer Guanajuato?
Tomemos un ejemplo muy sencillo. La Secretaría de Economía decide cerrar las representaciones comerciales de México en China, Canadá, Japón, Bruselas y la Organización Mundial del Comercio.
Justo cuando Estados Unidos y China tienen un enfrentamiento que puede ser favorable para nuestro país. Un despropósito enorme.
Guanajuato, sin gastar mucho, pudo atraer miles de millones de dólares en industrias con la presencia de Manuel Fernández en Estados Unidos. El funcionario o comisionado por el estado para traer inversiones ha sido una de las mejores decisiones del pasado.
Se tiró dinero en cien tonterías ya tendremos tiempo de cuantificarlas pero se invirtió un poquito en la atracción de capital fijo y hoy tenemos cuatro plantas armadoras de autos, otras de motores y transmisiones y cientos de proveedores alrededor de esa industria.
Alguna vez, alguien que no tiene la menor idea de lo que es invertir en atracción de empresas multinacionales, criticaba que el gasto en la oficina de Fernández llegaba a 400 mil pesos mensuales. Digamos que fuera un millón.
Si Guanajuato invirtió durante 12 años unos 144 millones de pesos (7 millones de dólares) para atraer 10 mil millones de dólares en fábricas que dan empleos formales y convirtieron a Guanajuato en un estado ejemplo, es insignificante el costo contra el beneficio.
Cierto, con los contratos en mano, se entregó tierra e infraestructura a GM, Honda, Mazda y Toyota. Eso costó mucho pero los frutos durarán décadas.
Si la nueva administración federal se ausenta, Guanajuato debe poner un pie en los países donde se retiró la Secretaría de Comercio y contratar a los especialistas más valiosos que se quedarían en el desempleo.
Según una nota publicada en el periódico Excélsior, Ricardo Ramírez, catedrático de la UNAM y ex juez de la OMC, “explicó en días pasados que con la nueva Ley de Austeridad la responsabilidad de las oficinas de representación permanente ante la OMC, Aladi, la OCDE y ante nuestros principales socios comerciales: Estados Unidos, Canadá, la Unión Europea, Japón y China; que antes dependían de la Secretaría de Economía, pasará a manos de Relaciones Exteriores.
“Advirtió que con los cambios se desecharán muchos talentos, por lo que se perderá experiencia, presencia y liderazgo, también generará problemas en la operación del comercio internacional”.
Lo dice un experto de la UNAM, ni siquiera del ITAM.
Para Guanajuato es una gran oportunidad. Aquí se debe pagar por el mérito, por los resultados y no tener miedo a pequeñas inversiones en representaciones comerciales en los países que abandona la federación.
Podemos y debemos tener una gran presencia internacional. Tres oficinas en Estados Unidos: Nueva York, Dallas y Los Ángeles. Una en Shanghái y otra en Tokio, con metas precisas de atracción de inversiones y con bonos sobre resultados a nuestros representantes. Ninguna ley lo impide porque Guanajuato no está atado a la absurda Ley de Austeridad.
A Fernández se le debe una medalla al mérito comercial y también a Héctor López Santillana, el excelente Secretario de Desarrollo Económico que hoy batalla para, también, tener buenos resultados en León. (Continuará)