“Dos futbolistas con orientación sexual diferente se quejaron ante sus promotores y la directiva que el entrenador en una charla grupal dijo “No sean putos”. La dirigencia corrió al técnico. ¿Dónde habrá pasado eso?” tuiteó David Medrano Félix, periodista de Televisión Azteca, el pasado jueves 5 de septiembre, haciendo referencia al reciente despido de Alfonso Sosa, ex Director Técnico del club de futbol Atlético San Luis.
El tuit de Medrano fue retomado por los medios de comunicación deportivos a nivel nacional para tratar de esclarecer lo que calificaron de una medida oscura y arbitraria, después de que el Presidente del equipo, Alberto Marrero, había ofrecido una conferencia de prensa un día antes explicando que el despido del entrenador se motivó en faltas de respeto cometidas por Sosa hacia los jugadores y el propio directivo.
El jueves por la noche, Sosa apareció en el programa del canal ESPN “Futbol Picante” en donde se mostró disgustado con las versiones que circulaban en medios pues atentan contra su fama pública y trayectoria deportiva. A preguntas expresas de los periodistas y ex futbolistas que estaban en la mesa sobre la veracidad del tuit de Medrano, el entrenador respondió que aceptaba que es “muy malhablado”, pero nunca lo ha hecho con la intención de ofender a nadie y que a él no le importa si los futbolistas son homosexuales.
Entre el intercambio de comentarios, Jared Borgetti y Rafael Puente, ex futbolistas y ex seleccionados nacionales, respaldaron el dicho del técnico, asegurando que esas expresiones son propias del “lenguaje de vestidor” y que incluso son usadas “desde que somos niños” y hasta “entre amigos”. A su vez, vale la pena destacar que el periodista Álvaro Morales preguntó directamente a Sosa si los futbolistas son o no homosexuales, situación que David Faitelson contuvo, y que el técnico se negó a responder.
Más allá de tratar de esclarecer lo que pasó o no en el vestidor y si las motivaciones de la directiva del equipo para remover al director técnico se fundamentaron en ello, habría que tomarse unos minutos para reflexionar que el ruido mediático causado por estos hechos, evidencia una vez más la normalización del lenguaje homofóbico en el futbol mexicano y la falta de importancia depositada en cuidar la vida privada de los futbolistas que presuntamente levantaron su voz.
Sobre la normalización del lenguaje homofóbico conviene aclarar que la expresión “puto” en el contexto mexicano sí es utilizada como peyorativa para referirse a los hombres que se sienten atraídos por otros hombres. O bien, es usada como sinónimo de cobardía, característica alejada de las representación social de la masculinidad y que se entiende como uno de los descriptivos del hombre homosexual. De forma que su utilización, como lenguaje entre amigos o de vestidor, no hace más que ofender y promover la discriminación, la violencia y el odio hacia quienes somos homosexuales.
Para sus reflexiones, les compartimos que el empleo de expresiones homofóbicas ha sido estudiado como uno de los factores que contribuye a crear un ambiente inhóspito para quienes nos identificamos como LGBTQ+ en diferentes entornos. A manera de ilustración del fenómeno y de sus consecuencias en el trabajo, de acuerdo a la Encuesta Nacional sobre Discriminación por Motivos de Orientación Sexual e Identidad de Género, el 52% de los hombres gay declaró haber escuchado expresiones homofóbicas en su trabajo y el 37% de la población encuestada declaró haberse ausentado de actividades laborales por miedo a ser discriminadas.
Por otro lado, la invitación a los medios de comunicación es a pensar dos veces la forma en la que redactan sus notas que se refieren a personas con orientaciones sexuales no normativas y también a cuidar la vida privada de las mismas. A David Medrano y a Álvaro Morales habría que preguntarles: ¿les pasó por la cabeza si los jugadores que supuestamente son homosexuales tienen intención de hablar públicamente de ello? Compañeros periodistas, la decisión de salir o no del clóset es personalísima. Así de claro, quienes somos LGBTQ+ tenemos un derecho reconocido al clóset.
Por último, repetir lo que Amicus ha dicho en varias ocasiones anteriores. Los medios de comunicación y las figuras públicas tienen un deber social de servir como factores de cambio en nuestras sociedades contemporáneas. Y sí, el llamado también va hacia quienes viven del futbol mexicano. Su nivel de exposición hacia toda la población del país es un espacio de privilegio. Úsenlo para bien.