Cuando era pequeña, confiaba a una varita mágica para abrir el estómago y meter de lleno, sin tragar, la horrible sopa que mamá ponía en mi plato; esperaba al gran genio de la lámpara quien, de improviso, silencioso realizará la tarea – de limpiar la habitación mientras yo leía- sin proponérmelo buscaba por cada rincón duendes, hadas, me hacía bruja. Me perdí mirando por horas el cielo, en la esperanza de tropezar mi mirada con aquel Ser único para que me devolviera a papá.
Los años pasaron, estudiar, trabajar, hacer, esforzar, aprender de memoria pócimas; cuidarte de los ogros con sus venenos; los demonios y los fantasmas sin cabeza. Por eso hoy en mi mundo las Nereidas cantan de pie por ocho o diez horas frente a una máquina para que puedan entregarse preciosas y exactas piezas. Conozco a varios Silfos con bellísimos ojos que están en talleres, escuelas, dirigen empresas, son líderes sabios que me han orientado con sus experiencias, ayudándome a correr este camino. Me he tropezado con varios Oliver -señores de la crueldad- que disfrutan abusando de los más pobres y débiles.
He aprendido que la verdadera hueste infernal no está en los hades, es decir en el inframundo, se codea todos los días, pasa en motos, camionetas, sabe manejar armas de fuego; usa el poder de su voz para intimidar. Miente, promete, da discursos; regala tarjetas. Nos niega lo que en derecho merecemos por el simple hecho de nacer en este paraíso. Se que las gárgolas viven en memorias sintéticas contemplando en silencio el paso del tiempo, observando nuestra destrucción sin perturbar el silencio que deja la soledad de la gran pregunta que clama a los cielos ¿dónde está aquel que desea sacrificar? ¿hasta cuándo permitiremos tanta villanía? O aquel suspiro redimido que nos condena al fracaso.
Estas letras van para ti, para mí que sabemos que, en nuestras manos, en la decisión y la valentía, la dedicación y trabajo que apliquemos se encuentra esa solución que creemos lejana, imposible o que le otorgamos a otros el poder de resolución. Romper cadenas, deshacer este maleficio esta tan cerca que solo necesitas estirar la mano, con ese jalar los dedos&un poco más, dijo Diego. Solo un poco más. No desfallezcas Brujo, arriesga, une a otros y hagamos una legión para defender lo que con tanto esfuerzo y amor hemos construido. Reza Hada, no sueltes la rueca y levanta fuerte tu voz para que se escuché; que tiemble el Caos ante la fuerza de las brujas que deciden limpiar y unidas denuncian, salen a las calles, aprietan sus temores para defender a sus hijos, y a los de la otra. No esperes mi hermoso Gigante a que llegue un enano a decirte cuál es el camino, tú eres grande puedes mirar más allá del incendio reúnete con las Salamandras y apaguemos entre todos este fuego que nos consume. Protesta, camina, trabaja, sal no te escondas, son otros los que deben regresar a las cuevas del averno del que nunca debieron haber salido.
Calienta el alma con ese grito, con el canto de la sirena que dice ¡Viva México ¡muestra el pecho abierto, para señalar que en ese clamor va mi resto, vas con todo, por y para recuperar nuestra nación. Por qué solo tú y yo tenemos ese poder.