Gritar ¡vivas! para México con motivo del aniversario del inicio de nuestra independencia es desear un futuro con valores. ¡Viva México! quiere decir larga vida al país, eternidad para nuestra nacionalidad.
Luego podemos enlistar los valores más importantes. Sin una Constitución no seríamos lo que somos y no podríamos convivir sin ella. Por tanto, ¡Viva la Constitución!
Un tercer ¡Viva!, sería para todos: ¡Vivan todos los mexicanos!, pues todos somos México. Ninguno más, ninguno menos. Todos. Parece verdad de perogrullo pero México somos todos. Mujeres, hombres, niños, niñas, LGTB”s, católicos, protestantes, agnósticos, ateos. Todos de todas las razas y orígenes.
Imposible olvidar a los héroes que nos dieron patria, a las mujeres y los hombres que dieron su vida y la dan por la paz y el orden. También debemos agradecer a los héroes de hoy: ¡Vivan los policías y los soldados que entregan su vida por la paz y la tranquilidad de las familias mexicanas, por la justicia y el futuro de una nación posible para todos! Nuestra deuda con ellos es eterna.
¡Vivan las instituciones!, que permiten una república democrática y plural apegada a la ley y no al deseo y la voluntad de un autócrata.
Vivan muchos valores para el futuro como la justicia, la seguridad pública, la honestidad en el Gobierno y el sector privado.
Y otros valores al parecer reducidos por prejuicios políticos o pura ignorancia: ¡Viva el crecimiento sin el cual no hay desarrollo, viva la universalidad de nuestros conocimientos y la apertura al mundo!
Podemos seguir a grito suelto con lo que nos venga del subconsciente como ¡Viva la libertad de expresión, la oposición sin la cual no hay democracia; viva el emprendimiento sin el cual no hay futuro y que viva la razón y la sensatez al gobernar!
Cuántos vivas podemos enumerar, tantos como valores queremos para las nuevas generaciones. ¡Viva la cultura y la ciencia, viva la igualdad de oportunidades!
Un grito muy liberal seguirá siendo: ¡Viva la separación del Estado y las Iglesias, viva el Estado laico y el respeto a todas las creencias!
Otros gritos más agresivos: ¡Viva el mérito personal, viva el esfuerzo y el ahorro, viva una educación pública de calidad, viva México en un mundo competitivo y moderno, viva la competencia!
Y algo revolucionario en medio del populismo: ¡Viva la autosuficiencia, la iniciativa personal y comunitaria, viva la conciencia social y una mayor igualdad!
Luego lo que nos falta: ¡Viva la productividad, la inversión, el ahorro, la mejor distribución de la riqueza y la administración honesta de los recursos de todos!
Y tal vez lo más importante: ¡Que vivan las nuevas generaciones en paz y armonía, que logren ser una nación educada, próspera, desarrollada y feliz!
¿Qué más vivas podemos lanzar al aire y a grito suelto, qué más podemos desear, que viva eternamente México, nuestra tierra amada de la que estamos hechos y donde permanecerán por siempre nuestras cenizas?
Tal vez un último deseo, que viva un México universal, cosmopolita, abierto y sin complejos ni resabios históricos; firme en sus valores particulares pero orgulloso de su idiosincrasia tanto como de sus brazos extendidos al mundo, unidos a toda la humanidad.