La frase sobre el paso del tiempo adoptada por las dos obras de Alejandro Dumas, queda a medida de sastre para Vicente Fox y su regreso al ring político: “No es lo mismo Los Tres Mosqueteros que 20 años después”.
¿Te acuerdas cuando Vicente en noviembre de 1999 arrancaba su campaña del PAN sumando fuerzas con el Partido Verde? ¿Te acuerdas de sus dichos y sus frases pintorescas? ¿Te acuerdas cuando Eduardo Sojo gritaba: “¡DESPIERTA MÉXICO!”?
Los años cedieron el paso a la transformación democrática, a la desilusión política, al agotamiento y al desastre de los partidos.
Hace 20 años no existía Morena, no podíamos imaginar un regreso del PRI y una nueva derrota, ni el arribo de un nuevo líder carismático y populista. Lo único constante es el oportunismo del Partido Verde. Primero con Fox, luego con Peña y ahora con Andrés Manuel López Obrador.
Anécdotas aparte, hoy regresa Vicente recargado en su discurso como si lo estuviéramos escuchando cuando candidato. Tiene la experiencia larga de un sexenio en el poder; el colmillo afilado de haber descarrilado la candidatura de AMLO en 2006 y un agudo sentido de la realidad platicada en lengua vernácula.
Aunque ya había realizado una minicampaña en contra de Donald Trump, ahora vuelve porque hay un gran vacío en el PAN, porque sabe que millones de “adversarios” de la actual administración necesitan a alguien con el poder de reafirmar sus convicciones.
No tienen el mismo poder Angel Verdugo, Diego Fernández de Cevallos o la cobertura crítica de Carlos Loret de Mola o Ciro Gómez Leyva.
El peso de Fox es innegable a pesar de sus detractores. Y según escuchamos con claridad, va con todo gracias a la apertura de los medios, a la virulencia de las redes y al apoyo de los “conservadores”, quienes temen llegar a una nueva Venezuela.
En el camino encontrará esas preguntas incómodas sobre el fracaso de la alternancia panista ante la imbatible corrupción. Encontrará las grietas de sus diferencias con su sucesor Felipe Calderón, quien puede ceder para alinearse con el nuevo “Frente” iniciado por el paisano.
Dice un joven político de Morena que en todo texto hay un “metalenguaje”. Cierto, lo importante es diferenciar lo real de lo imaginario. Ese metalenguaje de las entrevistas de Radiofórmula en su edición matutina fue el tiempo.
Tanto Ciro Gómez Leyva (23 minutos) como Oscar Mario Beteta, abrieron de par en par las puertas (micrófonos) al ex presidente, quien no perdió oportunidad de golpear a la administración y sus cercanos. A los de la CNTE los calificó de “gorilas” y “bueyes”, a AMLO le llamó “mesías” y enumeró las múltiples fallas en el arranque del sexenio.
Cuando Fox habla con aparentes dislates pareciera no tener conciencia de sus palabras, sin embargo su inteligencia política radica ahí, en un lenguaje simplón, fácil de memorizar y entender. Sus trucos para pintar la realidad son ágiles. Su capacidad para poner epítetos y calificativos destrozó a Francisco Labastida. Ahora entra justo cuando puede iniciar una carrera contra el tiempo para “rescatar” al país en las elecciones del 2021.
Su objetivo es preciso y muy claro, como lo fue cuando se propuso ganar Guanajuato a pesar de haberlo perdido; lo demostró cuando encabezó la lucha para “sacar al PRI de los Pinos”.
¿Es Vicente el líder que ocupará el vacío de los partidos de oposición? (Continuará)