“Cuando mi cuerpo descanse sobre una sábana, un doctor determinará que mi cerebro ha dejado de funcionar, entonces todos los intentos y propósitos serán en vano, pues mi vida habrá terminado. Cuando esto ocurra no intenten colocar vida artificial en mi cuerpo con el uso de máquinas, y no llamen a esto mi lecho de muerte, llámenlo mejor mi lecho de vida, y permitan que mi cuerpo ayude a otras personas en su intento por continuar viviendo. Den mis ojos a quien nunca ha visto un amanecer, la cara de un niño, o la mirada de una embarazada. Den mi corazón a la persona a la que su propio corazón sólo le causa días dolorosos sin final. Den mis riñones a aquellos que dependen de una máquina para existir semana a semana, tomen mis huesos, mis músculos, cada nervio de mi cuerpo y encuentren la manera de hacer caminar a un niño. Si tienen que enterrar algo, que sean mis faltas, mis debilidades y todos mis prejuicios en contra de mi hermano, el hombre. Den mis pecados al diablo y mi alma al Señor, y si por casualidad quieren recordarme, háganlo con una acción agradable o una palabra de aliento para alguien que lo necesite”. Con estas emotivas palabras, en agradecimiento a la donación de su órganos, despidieron del Instituto Médico al agente de la Policía Montada, Gerardo Rafael Soriano Álvarez, quien fue asesinado en el cumplimiento de su deber al atender el reporte de una riña.
Este ejemplo del policía Rafael Soriano nos muestra la cara amable y profesional del cuerpo policiaco. Aunque hay muchas quejas del comportamiento abusivo de agentes que hacen mal uso de su profesión, existen también policías ejemplares y responsables que realizan su trabajo con profesionalismo. Por desgracia, Rafael sucumbió en manos de la delincuencia.
El modelo de seguridad de la administración del presidente municipal de León, Héctor López Santillana, contempla una Policía de Proximidad. Ésta tiene como objetivo estar en mayor contacto con la comunidad trabajando en la prevención y solución de problemáticas. A través de una estrategia que promueva la organización y participación ciudadana, se contribuye a la mejora de calidad de vida de la población. Al tener mayor contacto directo con la gente, conocer los problemas de la plaza y fomentar la integración social, se puede trabajar de manera conjunta en el mejoramiento de la seguridad pública.
Dentro de las implementaciones en el nuevo modelo de seguridad, en los juzgados cívicos se encuentra el servicio de especialistas que apoyan la prevención y evitar la reincidencia concientizando sobre la gravedad y consecuencias de los actos, así como la opción de trabajo comunitario en algunas sentencias.
En las Estaciones de Policía (aunque ahora sólo sean 13, el plan es continuar con más), se está trabajando en la mediación de conflictos y atención psicológica y cuentan con una pequeña ludoteca para que hijos e hijas de denunciantes se encuentren atendidos y no se vean afectados por el conflicto que se viva. Estas acciones pretenden crear una imagen más amable de la Policía que fomente confianza.
La satisfacción de la Policía por su trabajo aumenta en aquellos agentes que están aplicando métodos de Policía de Proximidad con una filosofía de servicio acercándose a la ciudadanía, haciendo alianzas entre autoridades, vecinos organizados y Policía para la búsqueda de soluciones conjuntas.
El caso del policía Jorge Ortega, quien fue rodeado de niños y niñas de una escuela de una zona de alta peligrosidad, después de darles una plática, es un ejemplo de ello, ya que se dedicó a escribirles mensajes motivacionales en respuesta al autógrafo que le solicitaban.
Para lograr la participación vecinal a través del servicio de proximidad policial, el método de trabajo requiere ser claro y preciso que permita la planeación, el seguimiento y la evaluación e instrumentos de valoración para medir resultados.
Como diría el gran actor Cantinflas en una de sus películas: “Nosotros, la Policía, debemos de representar el orden y la seguridad y no convertirnos en una amenaza uniformada”, de eso trata la Policía de Proximidad.