Sigo creyendo que el diagnóstico del presidente AMLO de que la violencia es resultado de la injusticia social, de un País donde han crecido las desigualdades y que está cercano a explotar, es el correcto.
Llenos de corrupción, las autoridades no tuvieron en el pasado, la estatura moral para convocar al pueblo a una lucha frontal y la estrategia fue “hacerse de la vista gorda” o “enfrentarlos en una guerra abierta” que finalmente perdimos como sociedad.
Soy de los que siempre apoya al Presidente, de los que, en éste espacio por años, he aplaudido su prioridad hacia los más pobres. Tiene que irle bien para que nos vaya bien a todos. Difícil que me califiquen de conservador o “fifí”, pero en esta ocasión también es difícil comprenderle. Es cierto que “no se puede combatir el fuego con el fuego”, pero el Presidente dio el 17 de octubre en Sinaloa, la señal más grave, que puede dar un estado: capitular. Reconoció que no puede el Estado mexicano con ellos; que es mejor retirarnos, ponernos de rodillas, rendirnos, que enfrentarlos. Que son superiores, que tienen más fuerza que los buenos. Ya nos tomaron la medida, en resumen.
Si en una familia, en una colonia, en una escuela, en una sociedad, no se respetan las reglas, llegamos al caos. Si el alumno controla al profesor; si los hijos deciden, si en las calles todos hacemos lo que deseemos, la autoridad ya no funciona. México ha tenido por siglos una cultura permisiva, donde la ley parece diseñada para no cumplirse. No poner límites lleva al caos. Crear hijos que sacan los ojos a los padres; ciudadanos que violan sistemáticamente la ley. Ejércitos y fuerzas policiacas que son humilladas y derrotadas.
Las respuestas de nuestro Presidente siguen dando señales a la sociedad de una rendición total. Que las fuerzas militares pueden ser atacadas sin meter las manos. Que los malosos tienen más poder que el de todo un pueblo que se la rifa por trabajar y producir. Que es posible crear narco terror a una ciudad en minutos y ver la ausencia de las policías municipales y estatales. A los jóvenes les sigue dando mensajes de que enrolarse en el crimen permite llevan una buena vida sin riesgos pues no habrá nunca castigo; que es más rentable recibir subsidios que estudiar.
Nuevamente el discurso contra los “adversarios”, los “conservadores”, contra los “complots” de las minorías contra él. No entiendo la chunga, la ironía, la burla, el discurso simplón del “fuchi, guácala”, de que los criminales volverán a la vida social solo con el regaño de las mamás y las abuelitas. Nunca en la historia de las sociedades, de las empresas, de las universidades, la humanidad ha prosperado con las buenas intenciones. Ha sido el trabajo y el cumplimiento de los básicos de la convivencia humana el que ha dado condiciones para generar prosperidad para todos.
Seguramente los malosos se burlan y pitorrean del Presidente y de la debilidad del Estado. Me preocupa que, con el paso de los años, la realidad no se podrá ocultar. La economía en recesión, los 3,000 muertos con cifras superiores en mucho a los anteriores sexenios. Esta semana se mostró de rodillas a un gobierno que no puede con el crimen. La estrategia quedó clara: no importa capturar a las cabezas; se trata de dejarlos trabajar. Ahora se entiende el retiro de la Marina de Guanajuato. No se capturará nunca a los líderes del crimen; se les dejará trabajar.
En un sondeo rápido la mañana del viernes por vía telefónica entre 250 guanajuatenses en todo el estado, después del día 17 en Sinaloa, encontramos que “apoyan la decisión del Presidente de liberar al hijo del Chapo“, 29%; que “no la apoyan y debe aplicarse la ley” el 43% y “no lo sabe” el 28%. Que si: “¿considera que la estrategia de no enfrentar a los criminales es la correcta?”, respondió que “si”, el 26%, “no” el 69% y “no lo sabe” el 7%. Sobre “si apoya la decisión del Presidente de retirar a la Marina de Guanajuato y poner en su lugar a la Guardia Nacional“, “no la apoya” el 81%, “sí la apoya” el 14% y “no lo sabe” el 5%. “¿Cuál gobierno considera que está haciendo bien las cosas en temas de seguridad?”: “El federal” un 35%, “el estatal” un 55%, “el “municipal” un 10%. Los encuestados reflejan en sus respuestas preocupación por los hechos y consideran que el gobierno federal no está haciendo bien las cosas, preocupados por la salida de la Marina del estado de Guanajuato.
El Presidente sigue necio, dando señales de que los “malosos” se harán pronto ya “buenos”; es la teoría “Y” de Douglas Mc Gregor que parte de la idea de que las personas somos por naturaleza, buenos, contra la teoría “X” de que las personas somos malas y se requieren acciones radicales y duras para controlarlos. Siento que ignora la Teoría “Z” que genera el “liderazgo situacional”, que sugiere atender con dureza en ocasiones para generar ejemplos y seguir las reglas y en otras, ser apapachador para premiar y estimular. Esta semana, lo que hizo, fue mostrar la debilidad de las instituciones y como el maestro que no pone reglas, los alumnos le salieron respondones.
* Director de la Universidad Meridiano