Sinaloa y Guanajuato en la balanza 

El Estado mexicano quedó de rodillas en Culiacán, Sinaloa.

El jueves trágico va más allá de las opiniones encontradas de nuestros políticos en pro y en contra de la liberación de Ovidio Guzmán (lo atraparán después, si hay voluntad). De lo que no hay duda es del fallido operativo.

En Guanajuato, estemos atentos. El Cártel de Santa Rosa de Lima y el Cártel Jalisco Nueva Generación, se disputan gran parte del estado.

La criminalidad en Guanajuato desafía todos los días al Estado.

Guanajuato es el primer lugar de víctimas y quinto en tasa a nivel nacional. De enero a agosto 2019 Guanajuato suma 2,275 víctimas y Sinaloa 577, según los datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública. El mes más violento en Sinaloa fue agosto con 81 víctimas, y el de Guanajuato febrero 340.

Todavía en 2017 Sinaloa terminó ligeramente arriba de Guanajuato con 1,473 víctimas frente a 1,423. En 2018 el brinco fue grande al registrar Guanajuato 3,290 víctimas de homicidios dolosos y Sinaloa 1,072, según los datos del Secretariado  -que se alimenta de la información proporcionadas por las fiscalías estatales-.

En la tasa de homicidios (delitos por cada 100 mil habitantes) la lista la encabezan (en ese orden): Colima, Baja California, Chihuahua, Morelos, Guanajuato, Guerrero, Quintana Roo, Sonora, Michoacán, Zacatecas y en el lugar número once Sinaloa.

El día de terror que vivió toda una ciudad, Culiacán, no se compara con nada, es cierto. Pero tampoco la guerra que se libra en Guanajuato con tragedias diarias que cobran más vidas que en ningún otro lado, y tristemente de muchos inocentes (como la bala que alcanzó al estudiante del Politécnico de Cortazar, hoy impune).

Este año en Guanajuato han matado a 40 policías, en Sinaloa a 6, según el “Registro de Policías Asesinados 2019” de la organización “Causa en Común”.

Otro dato interesante es el que publica esta semana el INEGI en su Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana que reporta que la percepción social sobre la inseguridad pública en septiembre de 2019 fue en Culiacán, Sinaloa, del 66.6%, mientras que en León el 80.2%, y en Guanajuato Capital el 80.3%. En resumen más inseguros se sienten los leoneses y los cuevanenses que los culichis.

Según INEGI en el top 5 de ciudades donde más aumentó el número de personas que escucharon disparos, León es segundo al pasar de 36.2% el tercer trimestre de 2018 a 48.5% en el tercer trimestre de 2019, es decir, 12.3 puntos más.

La semana trágica para México se marca por el jueves de Sinaloa, pero también por los 13 policías estatales emboscados y muertos en Michoacán; otros 14 civiles y un militar muertos en un enfrentamiento en Guerrero; y los ataques del martes en Acámbaro, uno en el hotel donde se hospedaban policías federales y otros en varios puntos, con un saldo de cuatro civiles muertos y un policía herido.

El jueves de terror en Culiacán registra un saldo de ocho muertos, ese día mataron a 10 en Guanajuato (de enero a agosto el promedio diario es de 9.4 víctimas).

En León el viernes ejecutaron a cinco en un domicilio. Ya rebasan los 400 este año.

El discurso de la Guardia Nacional

El hecho de Sinaloa da cuenta de una Guardia Nacional que no termina por nacer. Y una nula coordinación con las autoridades locales. Esto para Guanajuato es crítico.

El miércoles, el gobernador Diego Sinhue se reunió con el secretario de Seguridad Federal, Alfonso Durazo, y subió la fotografía presumiendo trabajo coordinado.

En los hechos la Guardia Nacional reporta un despliegue de 2,800 elementos en Guanajuato (el Secretario prometió al menos 4,000 en declaraciones en mayo, cuando acompañó al Gobernador a colocar la primera piedra del Centro de Formación Policial en la zona de Santa Rosa de Lima, entre Villagrán y Celaya).

La Marina ya no está (y queda claro no va a regresar) cuando era la autoridad federal que tenía un trabajo de inteligencia muy avanzado frente al crimen.

La Policía Militar (que el gobierno de Miguel Márquez le construyó una millonaria base en el municipio de Irapuato) nunca apareció y la Guardia Nacional no está claro todavía cómo operará, si vendrá realmente a realizar labores de inteligencia o solamente patrullajes en apoyo a las fuerzas estatales y municipales.

La Policía Estatal ha crecido hasta sumar 3,400 elementos en activo, aún insuficiente. Y las policías municipales todas están con déficit de agentes, y muchas de ellas sumamente debilitadas en salarios, prestaciones, equipamiento, estrategia.

Ya Diego Sinhue retomó esta semana la descalificación al Mando Único Policial que impulsó su “padrino” y buen amigo Miguel Márquez (lo que no dijo es que la implementó quien era y es su secretario de Seguridad Pública, Álvar Cabeza de Vaca). Salamanca probó el fracaso del modelo y todavía no se repone.

Los “morenos” de casa siguen el discurso del Presidente. La senadora Malú Mícher tuitea: “Se acabó la era en que la violencia se respondía con más balas. No más política punitiva de mandar a las calles al ejército a enfrentarse con fuego y derramar sangre”, La senadora Antares Vázquez difunde la entrevista con el especialista Edgardo Buscaglia quien respalda la liberación para evitar masacre.

El expriista hoy simpatizante de Morena, Aurelio Martínez, señaló “no apoyo la liberación de ningún criminal”, y exigió la salida del secretario Alfonso Durazo.

El Gobernador y la oposición cuestionan la liberación y la falta de estrategia. 

Y en Sinaloa, en Guanajuato, y en gran parte de México, el ciudadano desprotegido.

Seguridad, oootra vez escándalo

La renuncia del director técnico de la Policía Municipal de León, Armando Rodríguez González, es de no creerse y debe dar mucho coraje al Ayuntamiento. El relevo de mandos en la Secretaría de Seguridad se dio por escándalos, y esos no terminan.

Al exfuncionario municipal se le hizo fácil dobletear el cargo de alto directivo de la Policía de León con el de Director de Policía y Vialidad en Jaral del Progreso. A esa responsabilidad en León habría llegado con el respaldo del secretario de Seguridad Pública, Mario Bravo, quien asumió el mando el pasado 27 de junio.

Nadie reparó en lo trabajador del leonés hasta la denuncia en redes del activista Adolfo Enríquez y que AM requirió información al gobierno de León y de Jaral. El jueves la respuesta fue un comunicado para anunciar que el miércoles renunció.

El martes la versión de Seguridad Pública de León fue la de que había renunciado en Jaral del Progreso en cuanto se le dio la oportunidad de venir a León, que fue como dos semanas después de la llegada del nuevo Secretario. Pero la versión no pudo sostenerse porque el susodicho se mantenía como Jefe de Policía en Jaral.

La renuncia es el inicio de la investigación que abrió la Contraloría Municipal y que pudiera terminar en el Tribunal de Justicia Administrativa si se cataloga falta grave. 

Pero el asunto no termina con una falta del exfuncionario involucrado, se tendrá que revisar todito el proceso de contratación al interior de la Secretario de Seguridad.

Suponiendo sin conceder que el directivo cumplió en todo momento con sus horarios y responsabilidades de su puesto en León, como dice el Secretario. ¿Entonces se hicieron de la vista gorda que cobrara en Jaral sin hacer la chamba? (sobra decir que el trabajo de un Director de Policía es de tiempo completo) Y, si no sabían que todavía cobraba en Jaral ¿a nadie se le ocurrió verificar su baja?

En cualquiera de los casos es una falta de ética del exfuncionario, por lo que tampoco se entiende la defensa de Mario Bravo, por más que le tenga estima, y peor todavía que se atreva a declarar que “las puertas de la Secretaría están abiertas para cuando él quiera regresar”. ¿Qué?, o sea cómo, pues de qué se trata.

El otro ángulo de la noticia es Jaral del Progreso cuyo alcalde, José Alberto Vargas Franco, de plano se descaró que ya sabía que estaba en León pero le pidió lo aguantara mientras que le encontraba un relevo, y le renunció hasta el miércoles.

El coordinador de los 11 alcaldes del PRI sabía y le valió, que irresponsable (luego dice que le avisó en agosto que se iba a León, pero si ya desde julio trabaja ahí).

Si entró a laborar en León 15 días después de la llegada de Mario Bravo, eso quiere decir que al menos cobró durante tres meses en ambos cargos públicos. ¡Qué tal!

El que no ocultó su molestia fue el síndico presidente de la Comisión de Seguridad Pública, el panista Christian Cruz, quien se dijo harto de los “compadrazgos”.

Y es que precisamente por eso se fue el anterior secretario, Luis Enrique Ramírez, porque el llamado “grupo Irapuato” tenía sin recato el control de la dependencia.

La gota que derramó el vaso fue la de su compadre, Mario Alberto Martínez Razo, quien ocupaba la Dirección de Planeación y Administración con un perfil de preparatoria. 

Y la directora de la Academia Metropolitana de Seguridad, Leilani Tortolero, que nunca acreditó las pruebas de confianza pero sí ocupó durante un año y cuatro meses el cargo.

Esa vez todos se hicieron de la “vista gorda” hasta la denuncia de Enríquez Vanderkam y las publicaciones de AM. Hoy otra vez los orillan a una renuncia y quedan exhibidos en la falta de controles en la Secretaría de Seguridad Pública y en el Gobierno leonés.

Diego y los gifs

Al gobernador Diego Sinhue le gusta responder con gifs en las redes sociales.

Cuando amigos u opositores lo etiquetan en Twitter con algún comentario, bueno o malo, en varias ocasiones responde desde su cuenta con imágenes de todo tipo. 

El viernes la exregidora del PRI, Verónica García Barrios, tuiteó “ojalá que con lo sucedido en Culiacán ponga sus barbas a remojar el señor gobernador @Diegosinhue”. Le respondió un barbón que asienta con la cabeza.

El 11 de octubre la reportera de Milenio México, Jannet López, escribió que era mentira que el presidente Andrés Manuel López Obrador fuera asistir a la clausura de la Reunión Anual de Industriales (como decía el programa) pues tenía gira en Sinaloa. Y el Gobernador contestó con una carita de bebé triste haciendo pucheros.

El 7 de octubre Martí Batres escribió que “no hay elementos para declarar la desaparición de poderes en Veracruz, Guanajuato y Tamaulipas. Por cierto, lamentable la actitud del gobernador de Guanajuato: conciliador con los senadores y agresivo con las senadoras @MaluMicher  y @AntaresVazAla”. Sinhue respondió con el video de un hombre apuntando y abajo la frase “that”s fake” (eso es falso). 

Cuando el exdirigente del PRI y hoy simpatizante de Morena, Aurelio Martínez, opinó que sólo falta prometan traer un parque de Disney, respondió con otro fondo animado de un animal corriendo y en inglés la frase “espera bebé, aquí vengo”.

O frente al mismo Aurelio, que comentaba al periodista leonés Fernando Velázquez sobre la pretensión de traer los Juegos Centroamericanos 2026 a León, diciendo que al Góber no le importaba que eso implicara endeudarse, que sólo era para la foto. Diego le contestó con el Chavo del ocho y su tradicional frase en el salón de clase, ¡qué bruto póngale cero!

El periodista de Proceso, Álvaro Delgado, lamentó ese insulto, y a él le respondió con otra imagen de una mujer que bebe de una taza, suelta la carcajada y escupe.

En otros casos Diego aprovecha las redes para comunicarse con los ciudadanos. Como cuando una usuaria reclamó falta de apoyo para un tratamiento de quimioterapias y le respondió que Salud se reuniría al siguiente día con la afectada. Y a otra más que le pidió enviarle mensaje directo para un apoyo en Salud.

Y a los insultos (que en redes no faltan) el Gobernador le pone buen humor.

Así es el joven Diego en las redes sociales.

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