En el mes de septiembre pasó casi inadvertida la celebración del Día Internacional de la Paz, que parece tan ajena y distante en México, sacudido por la violencia durante años, debido a la corrupción secular que ha campeado. No podemos hablar de paz si no hay justicia. Es prioritaria la construcción de una “paz positiva”, que sugiere propuestas diferentes a las del pasado, un concepto radicalmente diferente a lo que intentaron sexenios anteriores: más armas, más balazos y más muertos; éstas no tienen relación con construir la paz.

Quince días antes de la balacera en Culiacán para atrapar a Ovidio Guzmán, sucedió algo que podría ayudar a dar luz a los nebulosos sucesos que hemos escuchado, porque no hubo un solo relato y los lamentables hechos quedaron a la imaginación. En la fecha referida, encubiertos con el sigilo del misterio, el director de la agencia “anti drogas” de los Estados Unidos, DEA, acompañado por el consejero ministro de la Embajada de Estados Unidos, John S. Creamer y otros altos funcionarios acudió a un extraño conciliábulo con el gobernador Quirino Ordaz, sin que alguien conociera de lo que ahí se habló. 

La arcana reunión despierta suspicacias y elucubraciones, ya que no habrían informado a los altos mandos del Gobierno federal. Hay versiones de que al gobernador le informaron sobre la intención de la DEA de solicitar la extradición de Ovidio Guzmán y hablaron del uso de drones para detectar laboratorios de metanfetaminas y localizar delincuentes en esa tierra impenetrable para policías forasteros. 

Pero, en realidad, ¿a que fueron estos altos funcionarios de la DEA a Sinaloa días antes de la balacera? ¿Qué buscaban justo dos meses después de la sentencia del Chapo en Brooklyn? ¿A qué se comprometió el Gobernador priista con estos trashumantes personajes? ¿Por qué las policías estatal y municipal no asomaron ni las narices en la balacera, simplemente desaparecieron? ¿Fue el Mayo el que dio la orden de sacar a las calles todo el poder de fuego del cartel del Pacífico para evitar que Ovidio Guzmán fuera detenido y extraditado?

La interpretación de los hechos, que todo México vio por televisión, ha generado todo tipo de discusión en cuanto al operativo, a la actuación de los militares y a la decisión del Presidente de ordenar dejar en libertad a Ovidio Guzmán. Existen en la exigua narrativa oficial muchas lagunas, lo cual dificulta valorar con objetividad las responsabilidades (si existen) que correspondan a los involucrados en el fallido operativo. 

Pero, ¿en realidad, tenían a Ovidio Guzmán y su hermano Archibaldo detenidos físicamente, o solo habían rodeado la casa donde se encontraban? ¿Cuántos muertos y heridos hubo finalmente? ¿Estuvo en este operativo la DEA? ¿Por qué nunca llegó la orden de cateo? ¿Quién decidió el operativo? El bisoño presidente del PAN, Marko Cortés, exige enjuiciar al Presidente por haber ordenado la liberación de Ovidio. No es la primera vez que un presidente pondera su decisión como estadista: Fox dejó pasear por todo México al EZLN, habiendo estos declarado la guerra al Estado Mexicano; Salinas no quiso detener a los Arellano Félix en la nunciatura cuando visitaron a Prigione, pese que éste le aviso a Salinas. Éste les permitió partir tranquilamente en solitario.

En relación a la decisión del Presidente, fue la visión de un estadista de salvaguardar las vidas humanas sobre cualquier otra prioridad, debido a que Culiacán era un infierno; en relación al operativo con 30 soldados, fue fatal, inoportuno, insuficiente e ineficiente. No informaron a los altos mandos, según dice el Secretario de la Defensa Nacional, no consiguieron nunca la orden de cateo, fueron superados en número los militares, amenazadas sus familias y los gatilleros dispuestos a hacer explotar, en la plaza, tres pipas tanques de gasolina que custodiaban los soldados. 

Finalmente, los tiempos fueron fatales& El General Secretario declaró que seguir adelante, hubiera costado muchas vidas. Pero, estos acontecimientos plantean la siguiente pregunta: ¿El Presidente fue muy humano o muy débil?

El poder del Presidente sirve para hacer la guerra o hacer la paz. Tristemente, desde Carlos Salinas, la principal estrategia no ha sido construir la paz, sino hacer la guerra y perseguir a los líderes de los cárteles, con resultados muy pobres; Calderón sacó el Ejército a las calles, el resultado fueron miles de muertos, más resentimiento, más frustración, más represión; con Peña Nieto, una extensión de esa guerra, más muertos, más desaparecidos. Los parientes y familiares de los doscientos mil muertos y desaparecidos no perdonarán ni olvidaran, trátese de víctimas o delincuentes, son heridas que nunca sanan.

Esta guerra se ha extendido a todos los rincones y ámbitos del país. Como ejemplo, citaría Guanajuato, un estado que se caracterizaba por su seguridad y su paz provinciana; actualmente, encabeza la lista de ejecuciones a nivel nacional. Por mencionar algún otro evento, seguramente vieron el juego del San Luis contra el Querétaro: turbas enardecidas de aficionados querían aniquilar todo lo que se pusiera enfrente& Hay mucha ira, mucha frustración acumulada en México. 

Debe de ser prioritario construir la paz positiva. Esta visión se logra con justicia y armonía social y, por ende, supone la ausencia de violencia estructural y reducidos niveles de violencia directa. Lo anterior es diferente a la paz negativa, que es la no-guerra, solamente pacificar, sin que ello necesariamente signifique cambios en las relaciones que generan la violencia estructural& 

No más guerra, a balazos no se construye una paz, ni siquiera se pacifica. Es urgente una gran convocatoria del Estado mexicano en voz del Presidente para firmar un pacto nacional neutral, entre todos los partidos, con un libro blanco (el blanco, en el espectro de colores es la suma de todos los colores) de acuerdos nacionales entre los actores políticos, sociales, económicos y religiosos, con la parte que le corresponda a cada uno, para construir la paz en México. 

La construcción de paz es una labor de Estado, no de gobierno. Así debería ser entendido… La pobreza, la desigualdad, la corrupción, la violación de derechos sociales, políticos, humanos y la falta de oportunidades, son las causas de la violencia. Esos factores son violencia pura, violencia desde las estructuras.

Leave a comment

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *