A raíz de la llegada del presidente de Bolivia Evo Morales (EM) a México se han desatado muchas opiniones, unas en favor y otras en contra a la estancia de dicho personaje en nuestro país y el modo en que llegó. Para poner en contexto esta controversia, conviene remontarnos algunos años atrás y analizar casos similares. Comenzaremos exponiendo el asilo que en su momento el gobierno federal concedió a León Trostky fundamental pilar de la revolución soviética quien a la muerte de Lenin y perseguido por la purga que realizaba Stalin huyo a Noruega de donde pretendían llevarlo a la URSS para matarlo.
Diego Rivera y otros integrantes del partido comunista mexicano pidieron al Gral. Francisco Múgica secretario de comunicaciones y luego al Gral. Lázaro Cárdenas presidente, se le concediera asilo político a LT a lo que accedieron y luego de fletar un barco que lo trasladó al puerto de Tampico fue recibido en México y protegido a costa del erario hasta que un adversario consiguió burlar la protección oficial y asesinarlo a traición. Poco después llegaron a territorio nacional cientos de refugiados españoles republicanos, es decir, de izquierda, huyendo de los fascistas de Franco también costeados por México.
En contraste, al triunfo de la revolución islámica en 1976 en Irán, a instancias del gobierno de los estados unidos y del magnate Rockefeller el gobierno de José López Portillo concedió asilo político al depuesto emperador de Irán Reza Pahlevi y corrió con los gastos de su hospedaje al principio pues el construiría una casa en Acapulco después. O sea que el gobierno mexicano ha hecho valer el derecho de asilo político a personas y grupos de todas las tendencias políticas sin objeciones y aportando recursos y medios de traslado para su llegada y estancia aun en contra de la opinión de sus contrarios.
Lo mismo se hizo cuando miles de chilenos o argentinos huyeron de sus respectivos países al triunfo de los regímenes militares que derrocaron a los gobiernos civiles legalmente constituidos. Igual conducta se ha seguido en el caso de intelectuales, artistas políticos y otros que han pedido el derecho de asilo a nuestro país como el reciente caso del presidente Evo Morales que causa escozor entre los partidos conservadores que lo tachan de dictador y exigen se le niegue el apoyo oficial y se le deporte a Bolivia.
Las enormes aportaciones científicas, humanistas, artísticas, académicas y sociales que los refugiados republicanos españoles trajeron a México son indiscutibles lo mismo en muchos casos del exilio sudamericano por lo que no existe ninguna razón válida para pedir la extradición de EM a su país que sufre una revuelta cívico-militar que pone en peligro su integridad y la vida misma. Las comparaciones con otro tipo de migración no sirven, aun así, a ellos también se les apoya con refugios, alimentos y trabajos.
Las actitudes racistas y xenófobas que tanto se le critican al presidente Trump de los estados unidos no deben permear en un pueblo y país generoso como el nuestro.