La calidad asistencial médica se basa en el aseguramiento de servicios clínicos, diagnósticos y terapéuticos eficaces y eficientes, considerando la individualidad del paciente y los conocimientos del médico para lograr el mejor resultado posible, minimizando riesgos y anteponiendo la satisfacción del usuario y el resguardo profesional del clínico.
Gran parte de esa calidad asistencial se logra con la formación de profesionales en medicina competentes a través de educación médica de calidad.
La educación médica tiene como objetivo primordial preparar a profesionales que apliquen las ciencias y artes médicas para la promoción de la salud, prevención de enfermedades y el diagnóstico y tratamiento oportuno de las mismas.
Lo anterior bajo principios de honestidad, ética y justicia que le permitan saber y aplicar lo aprendido, además de fomentar la conciencia de solidaridad y responsabilidad social.
Es importante reconocer que previo al ingreso a la escuela o facultad de medicina, los estudiantes o aspirantes deben demostrar el haber adquirido un alto nivel educativo, basado en biología, física, química, matemáticas, humanidades, ciencias sociales y otras disciplinas relacionadas con el ejercicio médico.
Deben de ejecutarse mecanismos de evaluación para la selección de aspirantes, que sin ser discriminatorios, puedan llevar a cabo el mejor tamizaje posible de aquellos que posean las características de mayor capacidad intelectual, motivación por el estudio de las ciencias médicas, personalidad e integridad.
Un proyecto de formación médica de calidad, además de contar con un programa académico que asegure que los médicos adquieran y desarrollen las habilidades, competencias y aptitudes que les permitan un ejercicio profesional de alto nivel, debe asegurar infraestructura y recursos tecnológicos que permitan el desarrollo de las actividades académicas.
Debe contar con una plantilla suficiente en capacidad y cantidad de profesores y tutores para actividades de enseñanza bajo supervisión continua, ya sea en aula o campos clínicos, debe formalizar convenios con unidades hospitalarias para rotaciones clínicas, acuerdos para internado de pregrado, materiales didácticos, recursos para investigación y docencia, entre otros.
Durante el desarrollo de los cursos académicos, las escuelas o facultades deben tener la motivación de ser reconocidas por su participación en programas de evaluación y acreditación y de proporcionar educación que responda a las necesidades de la salud de la población.
Deben buscar que haya mecanismos de aumento de competencias de profesores e investigadores, aseguramiento del cómo se aprecia; la cantidad de variables que influyen en la calidad de la educación médica no son despreciables y cualquiera de ellas que no se cumpla a cabalidad o presente deficiencias o defectos, afectará la calidad de los graduados y futuros profesionales sanitarios.
La capacidad de ofrecer un alto nivel educativo puede verse afectada por disponibilidad de infraestructura y recursos clínicos, el nivel de preparación de la propia escuela o facultad y la condición económica.
El hecho de ofertar nuevas alternativas de formación médica que no consideran las condiciones anteriores, en un afán único de “universalizar” la oportunidad de formación sin un sentido de manutención de la calidad en educación, sin ejercicios de planeación y mecanismos de implantación con visión a futuro, puede redundar en una calidad de graduados no satisfactoria, lo cual compromete de manera seria los objetivos de prestación de servicios médicos de calidad para la población mexicana.
*Médico Patólogo Clínico, egresado de la Universidad de Guanajuato para la licenciatura en Medicina y Especialidad en el Centro Médico Nacional
“La Raza” del IMSS por la Universidad Nacional Autónoma de México.