Al momento de escribir estas líneas, aún no se sabe si nuestra ciudad tendrá la tradicional Feria de Navidad que año con año pretende entretener a los celayenses y se ha convertido en una costumbre.
Algunos regidores de oposición se han manifestado en el sentido de que no se lleve a cabo la feria por la terrible situación de inseguridad que padecemos a diario. Argumentan que no existen los elementos para garantizar la tranquilidad de los asistentes. Creo que tienen razón.
Con independencia de ese tema, no le veo caso a estas alturas, realizar una feria que desde el cambio de instalaciones por el año de 2006 se ha estancado en la más total y absoluta mediocridad. La feria no tiene novedad alguna y se encuentra a años luz con respecto a la de dos ciudades vecinas: Querétaro y León.
Cuando las instalaciones cambiaron a lo que en el pasado fue Celanese, se dijo que se abría paso a una nueva etapa, que la feria crecería a pasos agigantados y competiría con las mejores del país. Patronatos fueron y vinieron. Unos buenos, otros regulares y otros malísimos. Hubo algún presidente de patronato que no se cansó en decir que se le harían accesos vehiculares nuevos a la feria y nunca sucedió. Luego, ante las quejas por la inexistencia de un palenque, presumió que no había tal pero sí una pista de hielo. ¡Increíble!
Una ciudad con la importancia como la nuestra, merecería otra cosa. Tristemente no se ve para cuando cambie la situación. Año con año es lo mismo. No creo que valga la pena repetir otra vez en medio de este clima de intranquilidad y con tan poco tiempo para organizar algo serio.
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