Aparte de que en noviembre, mes que ayer terminó, fue el más violento en relación a los homicidios intencionales en Guanajuato con más de 360, lo cual nos sigue colocando en el primer lugar nacional en este rubro, esta última semana también se destacó por los operativos que realizaron las Fuerzas de Seguridad Pública del Estado, la Policía Estatal de Caminos, la Policía Rural Estatal y la Secretaría de la Defensa Nacional en la demarcación de un gran tramo de la carretera entre Celaya y Juventino Rosas, en donde se realizaron varios cateos a diversas viviendas previamente identificadas por la Fiscalía Estatal y los Agentes de Investigación Criminal, encontrando diverso armamento, impresoras de alta definición, un volumen considerable de billetes falsos y tres personas detenidas, pero precisamente estas acciones desataron el que la delincuencia organizada actuara bloqueando caminos y tramos carreteros con vehículos atravesados que fueron quemados en lugares como el tramo de Franco Tavera en la carretera Celaya-Juventino Rosas cerca de San Antonio de las Maravillas, también en la entrada al poblado de San Antonio de Morales donde se quemaron varias llantas, colocaron pincha llantas en las vialidades y se bloquearon también los caminos vecinales de San Antonio de Morales a Santa Rosa de Lima, otrora guarida de un cártel muy agresivo y violento que desde principios de año no ha podido ser desmantelado.
Por otra parte, aunado a los anteriores hechos, el miércoles hubo un gran movimiento de estudiantes en las instalaciones de la Escuela Nacional de Estudios Superiores de León, dependiente de la Universidad Nacional Autónoma de México, quienes desde muy temprano cerraron las clínicas de Fisioterapia y Odontología así como los laboratorios, hasta el viernes por la noche, como una forma de protesta para exigir la destitución de dos maestros señalados de acosar sexualmente a alumnas de la Institución; por ahora lo hicieron pacíficamente, solo para hacer públicas las denuncias y convocando a más alumnos a unirse a sus reclamos.
Aunque hubo momentos de tensión cuando más de 200 alumnos confrontaron a los maestros acusados al ir saliendo de una diligencia administrativa de rendición de sus declaraciones y versión de los hechos; no obstante, la tensión sigue latente y creciendo, sin olvidar que también en la Universidad de Guanajuato existen 90 denuncias en contra de maestros por la misma causa, cuyos procedimientos administrativos se encuentran en trámite y que ya han propiciado brotes de protesta e inquietud por parte de los estudiantes.
Por si esto fuera poco, en una comunidad tradicionalmente pacífica y sin antecedentes de brotes graves de violencia o de alta criminalidad, como lo es la población de Cuerámaro, resulta que un hecho criminoso acaecido el domingo 24 de noviembre desató la furia de al menos más de 2000 personas (am A.6 León, jueves 28/11/19), para protestar por lo que consideraron una injusticia.
Ese día un joven tripulando un vehículo automotor atropelló a cuatro jovencitas, quienes murieron en el evento, una verdadera tragedia pues las muchachas Rosa, Michelle, Zicry y Teresa fueron personas estimadas en la localidad, y después del trámite de la entrega de sus cadáveres y darles sepultura, se aglomeró una gran turba que acudieron en masa a los domicilios, tanto del autor de estos crímenes, si bien de carácter culposo o imprudencial, no menos dolorosos, como de la Presidente Municipal Ana Rosa Bueno, para apedrearlas, allanarlas y causar destrozos en las mismas e incendiaron una motopatrulla utilizando bombas molotov.
Las autoridades municipales, con tan sólo 15 policías, trataron de contener la violencia, no pudieron y solicitaron refuerzos para proteger el Palacio Municipales, quienes al acudir lograron la detención de 23 ciudadanos enardecidos aún, y como todos estos hechos ocurrieron el miércoles por la tarde-noche, su situación jurídica se resolvería entre el sábado y hoy domingo.
Estos brotes cívicos de inconformidad que no se habían visto en nuestro Estado, salvo en algunos puntos del rumbo de los Apaseos, el Alto y el Grande, en apoyo a la delincuencia, ahora surgieron de forma natural y espontánea porque trascendió que el joven autor de los homicidios manejaba al parecer en estado de ebriedad, fue detenido por la Policía y liberado casi al instante tras el pago de una fianza.
Al menos es lo que señalaron los papás de las jóvenes fallecidas, pues el lunes a las 9 de la mañana cuando acudieron a solicitar informes ya no estaba ningún detenido y también corrieron rumores de que tanto el joven como su padre, un reconocido educador en esa localidad, habían huido del lugar; por ello se inició la ira colectiva de familiares y amigos de los afectados.
Estas situaciones y bajo las especiales circunstancias en que se originaron, vale la pena que tanto el Gobernador del Estado, como el Fiscal General, las analicen muy bien con los mejores funcionarios de sus equipos de trabajo y revisen si efectivamente hubo estas facilidades para el autor de estos delitos de homicidio culposo, pues recuérdese que el año pasado aquí en León siete jóvenes, menores de edad, estudiantes, fueron detenidos por más de 24 horas por repartir volantes con alguna temática política que no favorecía al partido en el poder y, en cambio, en esta situación como la de Cuerámaro por cuatro delitos de homicidio. ¿Cómo fue posible que el autor, también menor de edad, fuera liberado inmediatamente?
Además, deberá tenerse mucho cuidado al resolver la situación jurídica de los 23 detenidos, de la forma más adecuada y menos lesiva para no acrecentar la inconformidad social en esa localidad y, en otras palabras, “no echarle más leña al fuego”.