El día del Primer Informe anual del Presidente se organizaron marchas de grupos y personas inconformes con el gobierno actual. Sobra decir que una de las quejas ha sido por la escasez de medicinas, vacunas y falta de apoyos en enfermedades, tratamientos y cirugías que están llevando a la muerte a muchas personas. Haber desaparecido el Seguro Popular sin haber implementado otro mejor como el mandatario ha estado prometiendo es un error que está costando vidas y empeorando la salud de miles. ¡Vaya forma de acabar con los pobres!

Un reclamo importante es la falta de crecimiento económico que repercute en desempleo y aumento de pobreza. Aunque el Presidente tenga otros datos, ésa es nuestra realidad y nos puede llevar a una situación más grave aún. La mayor de las quejas es la falta de seguridad que todas y todos padecemos. El número de víctimas aumenta y la supuesta buena voluntad del dirigente del País no es suficiente y no puede continuar culpando a otros gobiernos de lo que él no es capaz de resolver.

Esta última marcha en la capital del País atrajo a un mayor número de personas que habían caído en una conformidad o resignación impotente al no encontrar un grupo con el cual identificarse en su protesta contra este gobierno. Quienes protestaban con anterioridad querían un México a su medida y que conviniera a sus intereses y forma de ver el mundo. Así no se puede lograr una verdadera fuerza. La lucha tiene que ser compartida con un solo objetivo para que México no caiga al precipicio guiado por este gobierno autoritario que desprecia las instituciones y que engaña diciendo que está formando una verdadera democracia en la cual el pueblo manda cuando el gobernante es un manipulador que actúa según su parecer.

En la unión de esta marcha mucho influyó el liderazgo de la familia LeBaron, víctima de una gran masacre el 4 de noviembre pasado.  Tristemente lo que más impulso dio a esta manifestación ciudadana, fueron los muertos y desaparecidos. La impotencia de sentirse vulnerable en tu propio País por los miles de delitos que se cometen a diario, sacó a la gente de sus casas para pedirle al Presidente que cambie de rumbo sus políticas de seguridad que no están funcionando y están ocasionando mucho dolor. 

Si quienes estamos inconformes y tememos por el futuro del País nos unimos por las siguientes causas que veo como esenciales: salud, economía y seguridad, podremos evitar esta catástrofe que se avecina.

Aun persiguiendo estos tres punto álgidos, es importante incluir un satisfactor para la gran parte de México cuyo principal problema es comer y solventar sus necesidades más básicas. No se trata de regalar dinero a pobres y hacerles dependientes. La política de AMLO  regala pescado en vez de enseñar a pescar. Ante las críticas necesidades de la población, es preciso cumplir con ambas y crear oportunidades con programas bien estructurados que den resultados.

Se habla de un México dividido, de fifís y chairos. En esta marcha ambos han sido víctimas del delito, ambos tienen muertos que llorar. Esta es una dolencia que afecta al México de todos y todas.

Más allá de los lamentos y lágrimas, México puede estar unificado para apoyar a quienes viven en rezago y pobreza. Si AMLO dirige con autoritarismo y sin oposición, es porque ha encontrado la grieta divisoria de los dos Méxicos y les ofrece paliativos. Los partidos de oposición parecen no entenderlo y la clase acomodada permanece indiferente reclamando lo suyo sin percatarse real y comprometidamente con el México pobre.

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