Hace más de un año, el 11 de octubre para ser precisos, Diego Sinhue Rodriguez, señalaba que la estrategia de seguridad, de su antecesor Miguel Márquez Márquez, había fallado.
Anunció se nuevo modelo de seguridad, que contemplaba la creación del Consejo Estatal de Seguridad, la Unidad de Inteligencia Financiera, y construir la seguridad desde lo local para atender de raíz los problemas.
Ese mismo día hace 14 meses- señaló que producto de la equivocada estrategia, la fuerza policiaca municipal en el Estado, pasó de 8 500 a 5700, “alrededor de 3 mil elementos” menos, debilitando las instituciones.
En el curso de ese tiempo, el Congreso del Estado aprobó la Ley de Prevención contra la delincuencia y la violencia, así como la creación del Consejo Estatal de Seguridad, que a decir de él, “permitiría atender el problema de raíz”
En su diagnóstico señaló que el Estado de Guanajuato no cuenta con las herramientas jurídicas para “atacar” delitos, como robo de combustible y uso de armas exclusivas del ejército. Y según su visión, “el error en la pasada administración, fue dejar en manos de las fuerzas municipales temas federales”.
Desde entonces ha llovido más plomo que agua en la tierra de los insurgentes, y su modelo no ha frenado ni a las yuntas de Juan Colorado. Como todos sabemos el modelo fallido de seguridad, lo diseñó el Secretario de Seguridad Estatal, y el entonces Procurador, y ambos siguen en el mismo puesto abanicándose el aire con singular alegría.
Los temas federales a los que se refería fueron retomados por el gobierno federal, al punto que la Marina tuvo que intervenir en la famosa operación Golpe de Timón, dejando en ayunas de combustible al Estado, ya que en viva voz de Don Diego- el consumo ilegal era superior al 80 por ciento. Recordemos su periplo por tierras del norte en busca de publicidad y gasolina, que por cierto, llegó tarde y nunca.
Un dato interesante, es que las reformas al artículo 19 de la Constitución, publicado en el DOF, el 18 de junio del 2008 por el entonces presidente Felipe Calderón, se omitió como delito grave la portación y uso de armas de uso exclusivo del ejército De tal manera que durante 10 años, la delincuencia se armó hasta los dientes, y a pesar de ser detenidos, salían de la cárcel como Pedro por su casa.
Este año fue publicado en el DOF, 12 de abril de 2019, las reformas al Artículo 19 de nuestra Constitución, donde se incorporan nuevos delitos, y se reincorpora como delitos graves aquellos “cometidos con medios violentos como armas y explosivos, delitos en materia de armas de fuego y explosivos de uso exclusivo del Ejército, la Armada y la Fuerza Aérea”, así como los delitos graves que determine la ley en contra de la seguridad de la nación, el libre desarrollo de la personalidad, y de la salud.
El último eje de su modelo de seguridad para acabar de raíz con la delincuencia, era la creación de la Unidad de Inteligencia Financiera. En julio del 2019, el presidente de la Comisión de Seguridad del Congreso del Estado, Rolando Alcántar, reconoció que Guanajuato se tardó en crear su propia Unidad de Inteligencia Financiera (UIF), ya que “es una herramienta que verdaderamente podrá desmantelar al crimen organizado”.
En relación a este mismo tema, el 7 de agosto del 2019, el estado de Guanajuato firmó un convenio de colaboración e intercambio de información con la Unidad de Inteligencia Financiera a nivel federal, para poder atacar los recursos provenientes de actividades ilícitas, eso supondría un horizonte de confianza, pero lo único que se observa es el incremento de la estadística del miedo y el horror.
Como se podrá observar el escenario perfecto para el modelo de seguridad del ciudadano Diego Sinhue, esta puesto, pero a la realidad no le viene el saco. Mas del 90 por ciento de los delitos que se cometen en el Estado que afectan directamente a los ciudadanos, son del fuero común, es decir, de la competencia municipal y estatal. El robo de combustible, la portación y uso de armas exclusivas del ejército, y otros delitos de alto impacto, de cierto no le corresponden al fuero común, pero siguiendo la lógica del “plan maestro” del ciudadano Diego Sinhue, como ya no se distraen de esos menesteres de alto riesgo como lo hacía Márquez Márquez, nuestros ranchos serían la tierra prometida de la paz y la seguridad.
Lo cierto, es que en la medida que pasa el tiempo, ni la seguridad ni la procuración de justicia aparecen por ningún lado, y en ese mar revuelto, las instituciones municipales de seguridad han pasado de una debilidad pasmosa, a un estado de coma grave.
La salida del inmutable Juan José González, días después de la emboscada a su Director de Seguridad, José Carlos Ramos, era inevitable. La presión y la desconfianza ciudadana a Elvira Paniagua, crece como espuma, la posibilidad de su renuncia o revocación, dependerá de una chispa involuntaria que encienda de nuevo el fuego de la inseguridad.
La llegada del nuevo Secretario de Seguridad Ciudadana, y su desplazamiento dentro del edificio municipal protegido por “por media docena de Policías Federales vestidos de civiles, quienes portaban armas largas, incluso, algunos cuernos de chivo”, es una muy mala señal para la paz en Celaya. Esa no es nuestra guerra.
Revolcadero.
Comadres. La Secretaria Particular, de la bien ponderada ciudadana Elvira Paniagua, Omayra Morales y la nueva Directora de Comunicación social, Susana Briseño se encomadraron hace algunos años por el rumbo de Querétaro. Eso explica que le dieran a Susanita, vacaciones de una semana y media, a pesar de haber chambeado tan solo un mes y medio. De burla o fábula, usted escoja.