Hace 10 años el país y el mundo recuperaban el tiempo perdido durante la “Gran Recesión” del 2008. Barack Obama gobernaba como líder mundial y era aclamado en todas las naciones que visitaba. México volvía a crecer después de la terrible crisis de la influenza; Felipe Calderón comandaba con enojo, sin una estrategia sólida e inteligente para que su partido conservara el poder.
En una década la economía se recuperó en Estados Unidos y apenas antier lograba máximos históricos. Del 9 por ciento de desocupación pasó al pleno empleo y a la falta de técnicos calificados en algunas industrias.
Salvo la guerra en Siria y la tragedia de la violencia en México, el mundo vivió en relativa paz. El Estado Islámico, el grupo terrorista más temido después de Al Qaeda, invadió parte de Irak y Siria, gobernó y sucumbió sin desaparecer aún. Barack Obama eliminó a Osama bin Laden en 2011 y Donald Trump despachó a Abu Bakr al-Baghdadi, líder del califato islamista, en octubre pasado.
La globalización tuvo freno y el capitalismo presente deberá reformarse para ser más incluyente, según los más importantes capitalistas de la época.
En una década la mujer tomó conciencia y elevó a nivel universal las demandas de respeto, igualdad y oportunidades semejantes a las del hombre. Su avance es incesante e imparable para bien de la humanidad. El movimiento #metoo desveló abusos y cambió las reglas de relación.
En una década la Iglesia Católica cambió más que en 17 siglos. Un proceso que también se acelerará en la década que sigue. Los abusos ocultados la harán transformarse aún más.
Otro avance social significativo fue la liberación y la integración del colectivo LGTB. En los países avanzados el respeto a la orientación de género y el cambio de leyes fortalece una nueva moral, un humanismo alejado de la discriminación y el dolor provocado por la ignorancia de hace apenas 30 años.
Podemos presumir que vivimos en la época donde las comunicaciones y la información crecieron en forma exponencial; podemos ver la reducción de la pobreza extrema en muchas partes de África y Asia, también en América Latina. Los cambios materiales como el avance en la inteligencia artificial y la genética son importantes pero palidecen frente a las transformaciones sociales que dos generaciones atrás hubieran parecido imposibles.
Creció la esperanza de vida, mejoró la salud y las epidemias de espanto sólo se dieron en la población porcina de China. Surge la carne que no es carne y la “hamburguesa imposible”, creada a partir de vegetales. Los vegetarianos serán vanguardia futura.
Podríamos relatar docenas de avances pero también amenazas. Dos cosas están bajo peligro: la democracia como forma perfectible de gobierno y el cambio climático, real y presente.
Como siempre, la humanidad tiene la oportunidad de seguir ese paso acelerado de mejora material y social, desde la Segunda Guerra Mundial y el conflicto de Vietnam o caer en la tentación de las armas nucleares.
Para México el tema de este tiempo es si avanzamos en libertad o el dogma y la ignorancia dominarán los próximos años, con las consecuencias funestas de violencia y el estancamiento.
Pero ese es otro tema para comenzar el año.
Mil gracias por leer AM y hacerlo posible. Nuestros retos son formidables, esperamos estar a la altura de las circunstancias. Feliz 2020, feliz década.