Las noticias de hoy se forjaron en decisiones del pasado. Giovanni Papini, escritor ateo convertido al catolicismo de principios del siglo XX, decía con tono de ironía que estábamos gobernados por los muertos.
Las leyes que tenemos, la mayor parte de la ciencia y tecnología con la que trabajamos fueron creadas por hombres que ya fallecieron. El futuro, entonces, se está creando hoy por quienes ya no estaremos aquí en algunos años.
Podemos leer las noticias del futuro en lo que los líderes hacen. Tomemos un ejemplo:
Larry Fink, director ejecutivo de la empresa gestora de fondos más grande del mundo BlackRock, envió ayer una carta a sus clientes. Una práctica anual con la visión de su empresa sobre el futuro. La importancia de BlackRock se mide en los 7 billones (trillions) de dólares que administra por todo el mundo, incluido México.
Lo que dice es relevante y causa revuelo en todos los ámbitos financieros. Su enorme barco repleto de inversiones, empresas y fondos, hace un viraje hacia los valores de operación sustentable. No sólo en sus utilidades sino en su impacto ambiental.
En una larga entrevista con la cadena de negocios CNBC, explica que en los últimos seis meses, en tres viajes a China, a Medio Oriente y en conversaciones con gobiernos, escucha la preocupación por el cambio climático. Incluso en los países del Medio Oriente productores de petróleo.
Ellos quieren saber más sobre la producción de energía solar y eólica”
, dice al periodista Andrew Ross.
Muchos países petroleros consumen el 40 o 50% de lo que producen. Al generar energías sustentables podrían exportar más hidrocarburos.
Tenemos al sacerdote del templo más grande del capitalismo dando un sermón sobre el deber de las empresas de cuidar la tierra. Pocos empresarios como Fink tienen tanta información sobre lo que sucede. Sabe que en Europa las exigencias ambientales han aumentado y reconoce el deber de Estados Unidos de seguir la pauta.
Como ejemplo, en el viraje hacia lo verde, dice que ya no está en el interés de BlackRock financiar la producción de carbón, el más contaminante de los combustibles fósiles. Luego da el ejemplo de cómo el clima afecta ya. Las aseguradoras están cambiando su percepción de riesgo por inundaciones, incendios y otros fenómenos generados por el calentamiento global.
El drama de los incendios en California y en Australia son imágenes vivas; qué decir de los derretidos polos que elevan el nivel del mar. Fink también hace mención del corrimiento hacia el norte de las cosechas. La deforestación en zonas tropicales y templadas hace que las especies vegetales migren hacia el norte, donde hay un clima más fresco y propicio para su desarrollo.
El mensaje es claro y va de acuerdo a la historia humana de resolver problemas: la temida Sexta Extinción (de la que hablaremos más adelante) se puede evitar haciendo buenos negocios. El mercado neoliberal sale al rescate.
BlackRock no es un ángel de la caridad ni un mensajero del movimiento ambientalista del mundo. Su director ve los negocios del futuro, los que “sobresaldrán” y serán más rentables para sus clientes serán aquellos que tengan buenas cuentas con una menor huella carbonífera.
El viraje de México de regreso al carbón y a la inversión pública en energías no renovables también es un mensaje del futuro que nos espera. (Continuará).