El Instituto Nacional Electoral (INE), antes Instituto Federal Electoral (IFE), es hoy una garantía para la convivencia social entre mexicanos. Organismo que organiza las elecciones, ha sido evaluado en encuestas nacionales como una de las cinco instituciones con mayor credibilidad, a pesar de que, con los años, su nivel de confianza, ha disminuido.
El INE ha pasado numerosas pruebas para mostrar que es un árbitro confiable y es indispensable su autonomía para dar certeza en un mundo de desconfianzas que nos tenemos los paisanos.
Inicié en 1997 en el primer Consejo Local del IFE invitado por Mauricio Merino, uno de los miembros del novel Consejo General, el de Woldenberg. He sido nombrado sucesivamente como en el periodo 2018 y concluiré en el 2021, por fin, en la elección federal.
Quiero al INE, respeto y reconozco el trabajo profesional que hacen sus funcionarios y doy testimonio de elecciones transparentes en Guanajuato, las mismas que permitieron que AMLO y Morena sean hoy gobierno.
El nacimiento del IFE era necesario. En 1988, en el mayor oprobio a la democracia mexicana, el gobierno priista, con Manuel Bartlett al frente, -el peor ejemplar de la corrupción del sistema político mexicano y hoy protegido por el Presidente AMLO-, hizo “caer el sistema” electoral, pues, además de ser Secretario de Gobernación, era Secretario Ejecutivo de la Comisión Federal Electoral.
Tuvieron que darse movimientos, iniciativas, acuerdos políticos, para que la historia nos regalara en 1997 al IFE.
Por eso, hoy, vuelvo a maldecir a Bartlett por la victoria que nos arrebató al Frente Democrático Nacional y a Cuauhtémoc Cárdenas en 1988.
Con el paso de los años, el IFE estuvo sometido a presiones partidistas pues la selección y los nombramientos debían ser aprobados por los partidos políticos.
En Guanajuato pasamos la prueba de las elecciones del 2006 que fueron complicadas, pues los tres distritos electorales de León, los más panistas del País, decidieron la elección presidencial y allí su servidor compartió con los demás Consejeros Electorales ofensas, gritos y sombrerazos de estimados amigos del PRD, por considerarnos vendidos, trácalas, corruptos por decir lo menos.
Organismo autónomo con profesionales de carrera, tiene a su resguardo el Registro Federal de Electores y el fomento de la cultura cívica.
Redundantes en mi opinión los 32 organismos estatales que deberían estar aglutinados en el INE, el Instituto tiene un patrimonio enorme: la confianza de los electores mexicanos.
Por eso, coincido con la posición del Consejo General, de no entregar a la Secretaría de Gobernación el padrón electoral (situación a la que tanto nos opusimos con gobiernos panistas y priístas) pues puede convertirse en instrumento de control de Morena.
Sabemos que el presupuesto del INE ha sido reducido drásticamente para operar en el año 2020 (año no electoral), pues pedía 12 mil 493 millones de pesos como presupuesto anual para poder cumplir cabalmente todas las funciones, atribuciones y servicios de su responsabilidad.
Sin embargo, la Cámara de Diputados acordó una reducción en general al gobierno federal y a organismos autónomos como el INE por mil 71.5 millones de pesos, el más alto en la historia de la autoridad electoral.
Es cierto que el año próximo tendremos la elección más grande de la historia, las intermedias de 2021, pues tanto por el número de electores (alrededor de 96 millones) como por el número de cargos de elección federales y locales que estarán en disputa (tres mil 495, es decir, 260 más que en 2018), pero no considero se ponga en riesgo la elección por tener el INE menos dinero.
No veo esa reducción de presupuesto como un peligro para el INE ni para la democracia ni para los votantes. En general veo necesario y conveniente, que el Gobierno sea más austero y los sueldos de los funcionarios, más cortos.
Veo peligroso, eso sí, que la ley fuera modificada por Morena que tiene mayoría en el Congreso, para poder influir en nombramiento de Consejeros, por ejemplo.
Pero incluso el relevo en la Presidencia del Consejo (actualmente residente en Lorenzo Córdova) es una buena idea.
Los Consejeros Electorales del INE somos convocados para el periodo electoral, es decir, no somos funcionarios federales, sino ciudadanos simples que contribuimos con nuestro tiempo a que el proceso sea justo, legal, transparente.
Ahora por ley, con influencia legal con los institutos electorales estatales, el INE tiene enfrente un fenomenal desafío, pues los recortes presupuestales exigidos por el Presidentes son buenos para tener un gobierno austero con una población mayoritariamente pobre y estoy seguro que sacaremos adelante y bien, la elección.
Estoy seguro que en el INE saldrán iniciativas innovadoras incluyendo el inminente tránsito hacia urnas electrónicas y a la fusión con los institutos estatales.
Serán nuevos Consejeros quienes nos releven y sigan dando la certeza social sobre el proceso y resultados de las elecciones. Ya me lo contarán ustedes.